El músico zaragozano está de vuelta con un disco en el que vuelve a sorprender con su estilo, esta vez más cercano que nunca al pop intimista y apoyado por una producción luminosa.
Qué: Disco (edita Grabaciones en el Mar)
Cada vez que llega un nuevo disco de Bigott parece como si el aire fresco lo inundara todo. Con una carrera corta pero de una gran intensidad –este es su séptimo trabajo– el cantante zaragozano sorprende una vez más con un nuevo giro dentro de su estilo. No se trata de un cambio radical sino de algo tan sutil como pasar de ese tono cercano al rock íntimo y el country a un pop luminoso y detallista, sencillo y a la vez compacto. El cambio de productor –esta vez no está su amigo y compañero Paco Loco sino el norteamericano Jeremy Jay–, le ha otorgado otros matices a su sonido como los que dan forma a canciones como el single Baby Lemonade, First Local Recording o Electrolane, donde Clara Carnicer sigue apoyándole en los coros y el propio Bigott suaviza su voz y canta en falsete. Además, las guitarras suenan más pop que nunca –recordando el sonido de grupos de los años ochenta de los que Jeremy Jay es seguidor–, y los ritmos resultan más marcados. Otro gran disco de Bigott, y van…
