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martes 16 de abril de 2024
Little Jesus

Río salvaje

Little Jesus

Little Jesus ganó notoriedad en la escena del rock de su país con sus sencillos detonados en la Web para luego afianzarse con la edición de su álbum de debut. Ahora, con Río salvaje, el quinteto mexicano da un segundo paso con firmeza y determinación.

Qué: Disco (edita Casete/Fuerzas Básicas/Discos Juan)

Escuchar Río salvaje es entender hasta dónde Little Jesus ha llevado su interés por hacer música contemporánea. Si bien el quinteto mexicano se inició bautizando a lo suyo, un rock pop con mucho juego guitarrero, como «tropipop» –término que más bien hace pensar en metales y color playero–, ahora sus ambiciones parecen encauzarse hacia otros desembarcos.
Río salvaje es un disco de transición, ése que hacen los grupos cuando ya cuentan con una base importante de seguidores y un primer sonido que hay que apuntalar o bien reinventar y llevar hacia otros parajes. Por ende, el álbum nos lleva por muchos senderos, algunos más interesantes y logrados que otros, pero todos movidos por ese espíritu que nutre a lo mejor del rock, es decir, el de querer no ser siempre el mismo. La frase que abre el álbum: «Quiero hacer nuevos sonidos e invitarlos a conocer…», no escatima en lo más mínimo en cuanto al móvil detrás de sus diez canciones.

Nuevos amigos combina una voz melodiosa con un efecto de sinte que parece inspirado en Björk o Kraftwerk para, segundos más tarde, derivar en un synth pop acompasado, generando un memorable arranque para un álbum que canción a canción irá mostrando sus aciertos. La magia, por su parte, exhibe el aire más espontáneo y pop del grupo, una canción con un estribillo de esos que se aprenden pronto y que generan placer inmediato al corearlo. Mala onda es una baladita suave, constata lo bien que le hace a Little Jesus la incorporación del teclado, instrumento que tiene presencia a lo largo del tema pero que adquiere un rol protagónico hacia el final y nos evoca aquellos Hammond que tan bien sonaron en los años setenta. Y La Luna, sin duda la composición más ambiciosa que el grupo haya puesto en disco, es una canción de sabor disco-funky que súbitamente se transforma en un mejunje sonoro que no niega la influencia del rock psicodélico al más viajado estilo de Pink Floyd. En definitiva, una obra diversa que seguramente para Little Jesus representa una y mil posibilidades nuevas hacia donde seguir encaminando creativa y musicalmente sus pasos.

Little Jesus Rio salvaje

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