Culturas contemporáneas de España y Latinoamérica a diario
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viernes 19 de abril de 2024

Lazos familiares

The Fiery Furnaces

Una máquina imparable conducida por los hermanos Eleanor y Matthew Friedberger que en apenas seis años editó seis discos de estudio. Borra todo y hazle lugar en el Ipod que su nuevo álbum se las trae.

Todo comenzó en un apartamento de Brooklyn. Primero llegó Matthew con sus discos de rock progresivo y unas ganas locas de dar vuelta ese escaparate sofisticado con forma de Gran Manzana. Eleonor siguió a su hermano en eso de abandonar Oak Park, un pueblo perdido de Illinois. En un principio como dúo autosuficiente y luego como banda incontenible, The Fiery Furnaces adoptó un nombre que, igual que su música, no podía remitir a una sola cosa: en el título aparecen referencias al filme Chitty Chitty Bang Bang, al poeta británico William Blake y también a la Sagrada Biblia.

¿Cómo surge, en medio de eso, la idea de formar una banda de música pop basada en la psicodelia de finales de los sesenta pero que añade sonidos más exóticos como el que producían los brasileños Os Mutantes o Caetano Veloso? «Para decirlo de alguna manera, la idea surge del ‘ojo de la mente’, después de escuchar una y otra vez, sin parar, los discos que a uno le gustan», explica Matthew según declaraciones exclusivas a Zona de Obras. «Las nociones, los sonidos, los arreglos y las interpretaciones que uno consume todo el tiempo terminan metiéndose en el cerebro, que devora toda esa información…»

Fanáticos de Sparks, Brian Eno y de los fabulosos Devo, los mejores momentos de esta banda que disco a disco se desmarca de las etiquetas conocidas del indie-rock pueden escucharse en su brillante su nuevo álbum, el muy recomendable I´m Going Away. Un trabajo de pop escurridizo que pone el foco tanto en las canciones como en los arreglos que las visten y desvisten como si se tratara de muñecas de otros tiempos.

Pop-rock a la vieja usanza con grandes dosis de actualidad… O cómo entender que el pasado está para ser analizado en busca de nuevos matices y no estudiado de memoria.

Una máquina imparable conducida por los hermanos Eleanor y Matthew Friedberger que en apenas seis años editó seis discos de estudio. Borra todo y hazle lugar en el Ipod que su nuevo álbum se las trae.

Todo comenzó en un apartamento de Brooklyn. Primero llegó Matthew con sus discos de rock progresivo y unas ganas locas de dar vuelta ese escaparate sofisticado con forma de Gran Manzana. Eleonor siguió a su hermano en eso de abandonar Oak Park, un pueblo perdido de Illinois. En un principio como dúo autosuficiente y luego como banda incontenible, The Fiery Furnaces adoptó un nombre que, igual que su música, no podía remitir a una sola cosa: en el título aparecen referencias al filme Chitty Chitty Bang Bang, al poeta británico William Blake y también a la Sagrada Biblia.

¿Cómo surge, en medLazos familiares