El trío que mejor deja posicionada la música española en el extranjero no se queda con las ganas y lo prueba todo: después de un último álbum bastante oscuro, la buena nueva es un disco de electro-rock optimista, ideal para comenzar a saborear el verano que se viene.
Caso curioso, si los hay, el de este trío vasco. Cuando sus integrantes asomaron la cabeza hace ya unos seis o siete años, muchos no quisieron creer que se trataba de un grupo español: se vivía la fiebre del p-funk, ese género bautizado por !!! y LCD Soundsystem, entre otros, al que Delorean suscribió en tiempo y forma.
Con el tiempo el grupo fue encontrando su sonido y ordenando su búsqueda más en base a gustos personales que a tendencias mundiales, y así fue probando distintas recetas, todas orientadas al rock con sensibilidad pop, con un pie en la pista de baile y otro en la carretera.
Y así llegamos hasta hoy, cuando el trío presenta el que sin duda ya es su mejor trabajo, además del más arriesgado y logrado. No es fácil de definir, eso está claro. Pero podría decirse que aquí, a lo largo de un disco que se escucha de un tirón, hay house de Chicago en combinación con el pop más sintético de los 80, aquel que hacía del uso del sampler un verdadero sacerdocio.
