La banda del barrio barcelonés del Raval ofrece una tercera muestra de lo que puede dar de sí la conjunción de talentos dispares en un caldo de cultivo apropiado.
Qué: Disco (edita Montuno)
El colectivo supranacional afincado en el Raval barcelonés muestra desde hoy el tercer fruto tangible de los talentos combinados que lo forman. Una historia que ya va para once años, desde que Julián Urigoitia decidiera hacer una radiografía musical del barrio y su multiculturalidad. Los afluentes de este río vienen de Londres y Barcelona, y el resultado es una verdadera suma de fuerzas en la que el espíritu tiene tanta importancia como la excelencia formal. Ambas alcanzan una posición cimera en los temas que adornan No Pain No Gain, y que tuvo al corte Children Rose como adelanto. ¿A qué suenan? Hay muchos perfumes vertidos por ahí, desde el obvio influjo de Bristol y sus popes (Massive Attack, Portishead) hasta aquella maravilla llamada Soul II Soul. Las voces de Ghetto Priest (Horace Andy con algo más de cuerpo en la tesitura) y la deliciosa Natasha Drum empastan de maravilla sobre la base groove que nutre la batería de Carlos López (compinche de Julián desde la primera nota de 08001) y el bajo de Amiruddah, de Asian Dub Foundation. Las manos y el gusto de Dave Bascombe en las mezclas también tiene mucho que ver en la limpieza y elegacia del sonido que brinda el álbum.
