Culturas contemporáneas de España y Latinoamérica a diario
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jueves 25 de abril de 2024

Reflektor

Arcade Fire

La banda canadiense sigue en estado de gracia. Su nuevo álbum de estudio parece tejido por un hilo elegante, invisible e irrompible que soporta todo tipo de volantazos rítmicos y estilísticos.

Qué: Disco (edita Mercury)

¿Qué hace el buen crítico cuando se acerca el lanzamiento del esperadísimo nuevo álbum del alabadísimo nuevo supergrupo que adoran por igual melómanos y advenedizos? Guardarse los colmillos y escuchar. Con la tasa prejuiciosa reducida al mínimo insoslayable, el que marca lo ya conocido y el asunto subjetivo de la función analítica: me gusta, no me gusta, por esto o por lo otro, más o menos que lo anterior. Arcade Fire es la sensación del momento, el grupo del que puede hablarte tu madre o tu vecino de pantalón a la altura del sobaco. Y Reflektor es simplemente otra gran inversión en calidad de vida para el comprador. Trece canciones de cinco minutos de media, lo que indica recreación en la belleza, redundancia en los matices, alargamiento del placer de manera orgánica. Añádase a la pócima la elegancia –Afterlife, el afortunado adelanto–, el punto vitalista –We Exist–, los experimentos sonoros –Flashbulb Eyes– la alegoría de sonidos etéreos –Awful Sound: vaya paradoja– o la enigmática Porno, que no turba, por más que el título soliviante las pupilas. Una gozada.

Reflektor - Arcade Fire

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