Seguir las miguitas de brioche que deja en el camino la banda italiana liderada por Carlos Valderrama lleva a una dimensión paralela, en la que la elegancia es la divisa oficial y el groove, un asunto de Estado. Que vivan los setenta: ¡qué vivos están!
Qué: Disco (edita Elefant)
Carlos Valderrama (no lleva afro rubio, no es colombiano, no jugó profesionalmente al fútbol) y sus compinches Sara, Antonio y Luigi brindaron al universo un disco magnífico llamado Personal Train, que conducía no obstante a la preocupación: ¿podría alzar más el listón en el siguiente esfuerzo? Su proyecto Fitness Forever, de esencia y raíz transalpina, así lo entendió: este cosmos groovy que llega como regalo prenavideño es una delicia que sigue la estela de Steely (Dan) y se solaza en la magia de la música brasileña de club de los años setenta, con el lógico ingrediente italiano y los juegos de voces (femeninas y masculinas: todas ensoñadoras) marcando el sabor final. Temas como Lui son difíciles de olvidar: se agarran a la espina dorsal y a las piernas hasta hacerte creer que sí sabes bailar. Bacharach, Marvin Gaye o Curtis Mayfield también confirman su presencia en los aires de este trabajo, que no rehúye en sus letras temas tan poco hedonistas como la resignación, la pérdida de la juventud, de la confianza o del amor. La orquestación es sinfónica, a lo que se añade un cuarteto de viento y el uso de material vintage: nada anterior a 1978. Un bocato di cardinale.
