El dúo argentino creador de pequeñas obras maestras sin voces regresa con un álbum inspirado y fiel a sus principios: música instrumental de alto voltaje emotivo.
Qué: Disco (edita Sadness)
La prehistoria de Jackson Souvenirs se remonta a finales de los años 90, cuando Norman MacLoughlin y Javier Diz, miembros fundadores del grupo, daban sus primeros pasos en los dominios del post-rock. Por entonces, el dúo publicó Pista cero, un disco entrañable de pequeñas delicadezas instrumentales, mitad incidencias electrónicas, mitad texturas sintetizadas y guitaras acolchadas. Unos cuantos años después, tras haber hecho música para algunas películas y sostener su andar en apariciones ocasionales, Jackson Souvenirs regresa con un disco homónimo que amplía la propuesta, aunque sin traicionar sus ideales artísticos: hacer música instrumental pero trascendental, canciones sin una voz de referencia pero con la carga emotiva necesaria como para que no se la extrañe ni necesite. La novedad es la irrupción del kraut-rock como ritmo dominante en piezas de alta inspiración como Fútbol de primavera. Su fuerte, sin embargo, siguen siendo esos paisajes encandilantes y definitvamente conmovedores, en la sintonía de los franceses Air. Ideal para escuchar a máximo volumen y sumergirse así en un viaje interior para desconectarse del mundo.
