El cuarteto paulista pide la palabra con un álbum de debut entretenido y movedizo: rock de manual interpretado con gracia y entusiasmo.
Qué: Disco (independiente)
La primera sensación al acercarse al debut del quinteto paulista que responde al nombre de Bicicletas de Atalaia es que sus integrantes están dispuestos a probarlo todo, menos a renunciar a mostrar sus emociones en formato canción. Porque la música de Bruno (guitarra y voz), Leo Mattos (batería), Augusto Passos (bajo) y Kaneo Ramos (guitarra) se anima a todos los ritmos, géneros y sonidos, sin por eso renunciar jamás a su primer propósito artístico: conmover mediante melodías sensibles y delicadas. Más allá de cierto grado de experimentación –ritmos acelerados dentro y fuera de contexto, coqueteos con el swing del jazz, la bosanova de otros tiempos y algunas letras en inglés–, su corazón late en la lógica Beatle, aunque con evidentes influencias arty, con Wilco en primera fila: armonías vocales, una debilidad explícita por el humor musical y un sonido que parece extirpado del legendario disco Let It Be. Un álbum repleto de estímulos y que logra conformar a todos los gustos.
