De los grandes discos instrumentales y cinematográficos a la pista de baile y el formato canción: el nuevo trabajo del músico argentino esquiva su pasado reciente para presentar una nueva faceta y salir muy bien parado de la experiencia.
Qué: Disco (edita Crack)
Dice Christian Basso, intérprete y compositor de mil batallas: «el hombre espiritista es capaz de traer el más allá a una experiencia terrena. La música es el puente, el lenguaje entre ambos mundos, la posibilidad de sentir el poder invisible que todo rodea». Es su manera de develar el motivo del título de su cuarto trabajo como solista, Espiritista, un álbum que marca un cambio rotundo en su discografía. Porque si hasta ahora el ex bajista de La Portuaria –y uno de los compositores argentinos modernos más interesantes de música instrumental– había entregado hermosos discos de pasajes predominantemente instrumentales y oníricos, hoy su búsqueda parece orientada a la pista de baile, con el afrobeat como lenguaje principal. No está solo en esta especie de transformación: lo acompañan viejos compañeros de travesuras musicales como Richard Coleman, Fernando Samalea, Tito Losavio, Alejandro Terán, Diego Frenkel y Gustavo Cerati, quien grabó las guitarras de Mejor bailar, el primer single de Espiritista, meses antes de su trágico accidente.
