Versionar temas inmortales en un escenario es arriesgado: si se hace en un álbum, el reto entra en la categoría del cuádruple mortal. El talento de Sandra Carrasco y la excelencia de sus compañeros corona la empresa con éxito.
Qué: Disco (edita Parlophone/Warner)
Sandra Carrasco lleva el flamenco en las venas, y se ha animado a reafirmar esa condición en un exquisito disco de versiones. Llevar a su terreno tangos, bossanovas, bolerazos y temas pop es un reto arriesgado por la presteza con la que puristas y no puristas se lanzan a juzgar la fidelidad y el respeto a las versiones originales. No hay problema: escuchar de la garganta de Sandra el Sabor a mí de Álvaro Carrillo sería una satisfacción para Los Panchos, responsables de la fama planetaria de este tema. Lo mismo ocurre con la revisión del gardeliano Por una cabeza, o los nuevos ropajes que revisten a Madrecita, Piel de canela o Resistiré. La tarea acometida por Sandra ha tenido dos soportes fundamentales: el aromático piano de Chuchito Valdés y la excelencia al contrabajo de un líder europeo en el instrumento, como Javier Colina. La producción de Julio Martí es el lazo que envuelve un auténtico regalo de primavera: quince canciones de siempre con un nuevo aire que las dignifica y las inmortaliza, si cabe, un poco más.