Enhebrar un cartel de esta envergadura en un enclave norteño es una hazaña que, a buen seguro, pondría levantisco a Donald Trump si supiera de las cosas buenas de la vida. ¿Le transpiraría el flequillo? Imaginen, todos esos latinos pensantes, con sus sonidos demoníacos, en el mismísimo centro de Chicago…
Qué: Festival de música latina alternativa
Cuándo: Del 10 al 12 de julio
Dónde: Chicago (Addams/Medill Park) – Estados Unidos
Festival latino, alejado del mainstream clónico, llenito de mainstream sabroso. De artistas, de talento. En medio de Chicago, en verano, sin basket pero con béisbol (Cubs para los nostálgicos, White Sox para los encorbatados) y con Café Tacuba, Zoé, Molotov, Camilo Lara y sus compadres del Toy Selektah, Kinky, los gladiadores de Nortec, Astro, Dënver, Jessy Bulbo, Ozomatli… de ayer, de ahorita, de hoy y del mañana. ¿Que México anda casi al copo del cartel, al menos en sus letras más grandes? Sí, eso parece, pero no hay nada que objetar cuando allí figura gente como los arriba citados; talentos capaces de cambiarte el chip dieciocho veces y compartir el cariño del público, sin forzarle ni un poquito a exigirte amor exclusivo. Hay de todo el hemisferio, no obstante: incluso Triángulo de Amor Bizarro se animó a cruzar el charco atlántico desde España. Por allá asoman estos tres días gente tan dispar como AJ Dávila, María Daniela y su Sonido Lasser, Natalia Clavier, Porter, Silverio, Enjambre o Banda de Turistas. Ellos son estos días el nuevo huracán que acompaña al famoso viento de Chicago, el que viene del lago Michigan; ahora, el soplido brota del sur, ciudadanos de Illinois. Y sienta de maravilla.
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