El asturiano ha compilado cinco temas de rabia sin grito, grabados en el camino de su cotidianeidad, que hurgan en la herida del desencanto social. El sustrato podría ser algo así como «Sí, somos marionetas, pero lo sabemos, y es bueno que los marionetistas lo sepan».
Qué: EP (edita Marxophone)
Tras la resituación, llega el populismo a la vida de Nacho Vegas. No es un juicio valorativo, es la portada del disco: Vegas ha grabado cinco temas en diversos estudios de Cádiz, su Asturias, Madrid, Zaragoza y México DF. En todos ellos hay bofetadas sin manos a los últimos responsables de la depresión socioeconómica española. Los desahucios, las verdades impuestas desde los think tanks neoliberales para depositar en la conciencia colectiva la culpa de la miseria cotidiana. La tercera canción, Mi novio es bobo, la canta Fee Reega, berlinesa por aluvión y asturiana rural por vocación, en una oda maravillosa a la estupidez que asocia con la simpatía por el partido político UPyD, la autoayuda y la desesperación por el contagio pasivo de tal condición. Ámenme, soy un liberal, con ese matraz que mezcla a Leonard Cohen, Billy Joel y Atahualpa Yupanqui, es la medicina de botica en este disco. Un dedo con las uñas romas que no necesita de filo para meterse en diversas llagas ponzoñosas, repartiendo culpa y serena burla a todos los participantes en la gran comilona sectaria, con especial incidencia en banqueros, presidentes del Gobierno y gurús económicos supranacionales, que justifican los desahucios con aquello de vivir por encima de nuestras posibilidades. «Lo que antes llamaban derechos son los privilegios de hoy». Mientras tanto, ellos pactan, cambian de corbata en un segundo, de convicciones en un minuto, de principios en un día…
