Son muchos los responsables de que el pop zaragozano haya gozado siempre de una salud envidiable. Pero a uno de ellos se le echaba de menos últimamente. Ahora él, Daniel Garuz, está de regreso con el que es su cuarto disco.
Qué: Disco (independiente)
Está claro que La Costa Brava era más que el grupo de Sergio Algora y Francisco Nixon. Allí también estaba Daniel Garuz, el George Harrison de la banda, algo eclipsado por la lírica y la personalidad de los líderes. De eso pasó tiempo, más de una década, y de aquellas cenizas bravas salió una carrera en solitario modesta que empezó con Dormidos en el zoo. Diez años después Garuz publica por cuenta propia el que es su cuarto álbum, Época, un disco variado y de un pop redondo con una decena de canciones en las que el autor se vuelca en cuerpo y alma, dejando algunas de las letras más intensas de su discografía como Castillo hinchable, una bonita metáfora sobre las vicisitudes de la vida. Hay recuerdos al sonido indie de los noventa en Se acabó; a su antiguo grupo en Mujer con vistas al mar, con la colaboración y los versos en francés de El Brindador; está la curiosa Enrique, que parece inspirada en el maño más conocido con ese nombre; o un inicio en el que viste de electrónica suave y pop delicado la hermosa Manzanas y zanahorias. Época cuenta con el apoyo de su amigo Enrique Moreno en la batería y de Libi en el bajo; de todo lo demás se encarga el propio Garuz.
