Muchachito Bombo Infierno llevaba sin sacar disco desde 2010. Se ha quedado a gusto, sí: toca todos los palos imaginables, y sale airoso de cada envite con un desparpajo que el mundo del espectáculo reserva únicamente a los más atrevidos.
Qué: Disco (edita El Orfanato Eléctrico)
El bajo gordísimo de Víctor Norling da la bienvenida al oyente en este «jiro» que Muchachito propone en una triple vía: homenaje a Juan Ramón Jiménez y sus jotas o a Gabriel García Márquez y su escritura fónica (ole y ole los premio Nobel), alma hecha jirones (como corresponde a los que no se ocultan jamás) o, la más certera, un arrebato personal e intransferible con su nombre de pila, ¿eh, Jairo? Muchachito ha vuelto a grabar en estudio tras seis años de silencio, que no en los escenarios: sobre las tablas ha seguido mostrando a los cuatro vientos ese eclecticismo de fondo rumbero y querencia funk, que ahora se desparrama en mil y una direcciones. Porque sí, porque se lo pide el cuerpo, que para eso se autoproduce (con el apoyo de Diego Pozo, Ale Acosta y Lele Leiva) y mantiene con Dani Alcover ese diálogo en la mezcla que pone los acentos en los lugares correctos. Ska, reggae, balada –hermosa Aeropuerto–, groove e incluso disco con el sorprendente Te perdí, un temazo bailable que le abre nuevas puertas de expresión. Como no le falta osadía, convierte Benditos animales en un sambódromo flamenco, y el cierre semi-instrumental –Adiós compai– arranca al paso de un funeral de Nueva Orleans y deriva en Kusturica, para concluir a toda velocidad en un guiño tímbrico y rítmico a Fanfare Ciocarlia. ¿El directo? Imagínenselo… y no dejen de mirar sus planes de gira, por aquello de los viajes espontáneos que acaban siendo inolvidables.
Atención a la preciosa edición limitada con presentación en caja de lata que contiene juego de mesa y cómic.