Son ya nueve las ediciones de Kosmopolis, encuentro barcelonés que tridimensiona y polisensoriza las letras, aquellas que entraban con sangre en el medievo y se disfrutan por ósmosis en el presente.
Cuando todo cambia, reza el lema de este año en Kosmopolis. El cambio, la mutación incluso, como protector de la esencia, rezan los abogados del diablo en el juicio sumarísimo a la tecnología como motor cultural. Y sí, la cultura es vida, pero también se debe poner el foco en la fuente literal de la existencia, el entorno, amenazado por el cambio climático que niegan los lerdos y/o embaucadores. De todo eso va Kosmópolis, una fotografía en movimiento que cada dos años cumple sobradamente con su función analítica de las nuevas éticas y estéticas de la comunicación.
A la hora de llevar el concepto a acciones directas, el festival no se queda corto: se han establecido vínculos con la oficina UNESCO Barcelona Ciudad de la Literatura, con la plataforma Literature Across Frontiers, con el festival Neu! Reekie! de Edimburgo y con las redes de Bibliotecas de Barcelona y de la Diputación de Barcelona. Porque aquí, el verbo va primero… y la no verbalidad, inmediatamente después.
En el Canal Alfa se atiende al audiovisual, hay terreno para el cómic, el programa Constelaciones femeninas reúne conferencias, performances y muestras reivindicativas de la creatividad en las mujeres… y se rinde homenaje a la novela centenaria El paseo, de Robert Walser. Para agitar el debate y deleitar a los sentidos se cuenta con casi un centenar de participantes, entre los que destaca gente como el escritor noruego Jo Nesbø, líder del grupo de rock Di Derre, o la poliédrica PJ Harvey, que cerrará Kosmópolis el domingo con un recital de poesía extraído de su propia obra The Hollow Of The Hand.
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