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sábado 20 de abril de 2024

Después de doce años de silencio cinematográfico, el director colombiano vuelve a apostar por una historia real para plasmar un retrato crudo de la violencia en su país, esta vez con el foco puesto en las mujeres víctimas del machismo. Se estrenó en Colombia La mujer del animal.

Qué: Película (estreno en Colombia)

Amparo (Natalia Polo), una joven que huye de la represión del internado de monjas donde estudia, llega al Popular 1, un barrio de invasión (o chabolas) ubicado en el nororiente de Medellín y que recibe a campesinos desplazados, desposeídos y empobrecidos, víctimas de la violencia que azota al país desde mediados del siglo pasado. Ella  también huye de las paliza de su padre, aunque le aguarda un escenario peor. Es 1975 y al lugar que arriba Amparo en busca de su hermana mayor no llega ninguna autoridad estatal. Allí impera la ley del más fuerte.

Libardo (Tito Alexander Gómez), a quien apodan «el animal», es un hombre violento, jefe de una cuadrilla de hampones y abusadores. Cuando conoce a Amparo decide secuestrarla, violarla y convertirla, a la fuerza, en su mujer. Durante cinco años, frente a los ojos de toda la comunidad, incluyendo a su hermana, su suegra y sus cuñadas, Amparo sufre el sometimiento brutal e inmisericorde del «animal», sin ninguna posibilidad de protección.

En la película, los zopilotes sobrevuelan la montaña como un sino del mal que se cierne en el Popular 1 mientras los malandros descuartizan una bestia y dejan lo que sobra a los más débiles; es el reflejo descarnado de una sociedad violenta e indiferente que se descompone y origina nuevas violencias como la del narcotráfico, que tan bien retrata Víctor Gaviria en sus tres filmes anteriores: Rodrigo D. No futuro, La vendedora de rosas y Sumas y restas. El director antioqueño va hasta el fondo, sin conceder complacencia alguna, para mostrar el mal enquistado en una cultura que naturalizó el machismo y la agresión contra las mujeres a la vez que aspiraba a la modernidad. La mujer del animal incomoda, asfixia y mira directo a los ojos a una Colombia acostumbrada a negarse frente al espejo.

La mujer del animal

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