Como el título del trabajo lo sugiere, Mis tierras calientes, amplía la mirada estética de Cero39 que, sin abandonar su talante rítmico, toma aire para crear piezas atmosféricas que trascienden el frenesí de la danza.
Cero39 nació entre fiestas de cumbia y música tropical. Después, la premisa de crear piezas que sintetizaran el gran espíritu rítmico del Caribe a través de afluentes electrónicos impulsó a Mauricio Álvarez, cerebro del proyecto, a sumergirse en un viaje de exploración creativa y personal por el Río Magdalena.
La pulsión de querer encontrar un sonido particular extendió el viaje y lo llevó a probar estéticas sonoras diferentes sin perder de vista la pista de baile. Móntate en el viaje, su álbum de debut, ya acompañado de Darío Sendoya, daba muestras de una contundencia contenida que florecería cuatro año más tarde en el álbum Moni, moni, con menor presencia vocal en favor de un desarrollo instrumental orgánico y preciso que echa mano, no sólo de ritmos caribeños colombianos, también del Pacífico y de hip-hop, reguetón y dembow dominicano.
El viaje iniciático por el Magdalena fructificó años más tarde en el reconocimiento internacional que implica ser parte del cartel artístico de importantes festivales en Europa. En su nuevo EP editado por el sello colombo-alemán Big in Japan, Álvarez y Sendoya reducen la intensidad más no la concisión rítmica: se alejan de las costas marítimas y, bajo una óptica experimental, se adentran en terrenos menos frecuentados por la electrónica para flirtear con patrones andinos y llaneros que revisten a estas cinco piezas de cierta profundidad ajena en sus trabajos anteriores, como si ambos pies se suspendieran, por un instante, sobre la pista de baile.
