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miércoles 11 de diciembre de 2024
Nicanor Parra

El último apaga la luz

Nicanor Parra

A finales de 2017 se publicó en España El último apaga la luz, volumen que recopila lo más destacado de la obra del recientemente fallecido Nicanor Parra, el genial antipoeta chileno.

Qué: Libro (edita Lumen)

«El que sea valiente que siga a Parra. Sólo los jóvenes son valientes, sólo los jóvenes tienen el espíritu puro entre los puros. Pero Parra no escribe una poesía juvenil. Parra no escribe sobre la pureza. Sobre el dolor y la soledad sí que escribe; sobre los desafíos inútiles y necesarios; sobre las palabras condenadas a disgregarse así como también la tribu está condenada a disgregarse. Parra escribe como si al día siguiente fuera a ser electrocutado», escribió Roberto Bolaño acerca de su compatriota y es como si le hubiera hecho una radiografía de cuerpo completo.

Nicanor Parra, hermano de la enorme Violeta Parra, dejó un legado imborrable en la poesía del mundo. La publicación de El último apaga la luz en España, meses antes de que muriera a los 103 años, es la excusa ideal para entrar en su mundo, para leerlo, que es el mejor homenaje que se le puede hacer a quien escribe. Y la manera de dejar prendida la luz del poeta revolucionario, disidente, que se paró en la acera opuesta de los Huidobro y los Neruda con una poesía renovadora, coloquial y humorística, alejada del canon impuesto en la época.

El libro, editado por Matías Rivas y publicado por Lumen, recopila la obra selecta del chileno, como si fuese un disco de grandes éxitos, desde Poemas & antipoemas (completo) hasta monólogos de su traducción del Lear de Shakeaspeare, pasando por La cueca larga, Hojas de Parra y una selección generosa de Obra gruesa. También hay poemas publicados en revistas, olvidados, audaces, bajo el título de Calcetines huachos.

La poesía de Parra tiene humor e ironía, sí, pero también está impregnada de humanidad, una humanidad sucia, condenada, sentida. Parra no le esquiva a eso. Ahí están sus obsesiones recurrentes: la soledad, las relaciones, el tiempo, la vejez. En eso pone el foco el primer antipoeta, que fue un visionario de su tiempo, un adelantado. Tanto que ya tenía escrito su Epitafio en Poemas & antipoemas hace más de sesenta años para que lo recordemos hoy:

De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de un profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
–Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida–
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!

«Primer requisito de una obra maestra: pasar inadvertida», también escribió Bolaño sobre Parra. El último que apaga la luz es una oportunidad para advertir esa obra, para no dejar que pase de largo.

Nicanor Parra (Santiago de Chile, 1914-2018), fue un poeta, ensayista, matemático y físico chileno. Entre su vasta obra se destacan: Poemas & antipoemas, La cueca larga, Manifiesto, Obra gruesa, Artefactos, Hojas de Parra y Lear, rey y mendigo, entre otros. El último apaga la luz fue el último libro publicado en vida. En 2011 recibió el Premio Cervantes.

Nicanor Parra El último apaga la luz

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