Un puñado de artistas del folclore digital (Tremor, El Remolón, Chancha Vía Circuito, King Coya) y cantantes con vocación ancestral (Sofía Viola, Shaman Herrera, Soema Montenegro) renuevan el legado de la recopiladora argentina Leda Valladares.
Qué: Disco (Fértil Discos/Folcore)
Todavía no había Internet ni smartphones, pero ya estaban trabajando en red y a la distancia. Sin conocerse. Mientras Violeta Parra recorría el interior profundo de Chile en busca de la cueca anónima, Leda Valladares (1919-2012) se lanzaba al noroeste argentino para recopilar las bagualas que las pastoras entonaban en la soledad árida de la Puna.
Un canto ancestral y desafiante, con el rostro hacia la montaña y la caja coplera en las manos. Leda publicó su Mapa Musical Argentino, armó un dúo en el exilio con María Elena Walsh y, de regreso en la Argentina, se propuso tender un puente con el incipiente rock argentino. Eventualmente, a finales de los ochenta, llevó ese diálogo a su cumbre con la edición de Grito en el cielo: dos discos donde confluían cantoras y comparsas del noroeste con algunos grandes íconos como Gustavo Cerati, Fito Páez, Fabiana Cantilo, León Gieco y Federico Moura. Tres décadas más tarde, El camino de Leda recoge algunos frutos de ese matrimonio alado.
Leda Valladares
Publicado por la alianza hispano-argentina entre Fértil Discos y Folcore, el disco reúne a artistas que vienen trabajando con el folclore digital (Tremor, El Remolón, King Coya y Chancha Vía Circuito, entre otros) y cantantes capaces de colgar ese lamento en el horizonte (Sofía Viola, Soema Montenegro, La Charo…). Ya no se trata de músicos cruzando un puente: han nacido en ese lugar y su trabajo es precisamente poblarlo. Así, como aconsejaba la propia Leda, buena parte de ellos prefieren tanto las disonancias como la evocación del silencio del paisaje. Para el segundo tema, cuando Chancha Vía Circuito superpone quenas y programaciones con el canto homeii de Shaman, ya no sabemos si estamos en la estepa siberiana o la Quebrada de Humahuaca. El cielo, sea como fuere, está al alcance de la mano.