Después de tres LPs cocinados con la visceralidad de quien invoca un rito tribal, Crudo Pimento amplía su recetario particular con sonoridades que abren el abanico de posibilidades futuras en su carrera.
Qué: Disco (Everlasting)
Hasta Brooklyn se ha ido Crudo Pimento para tallar sus nuevas canciones. Bajo la producción de un tipo acostumbrado a trabajar para la farándula pop como Xenia Rubinos, sus nuevas criaturas han salido a la luz con conciencia bipolar. Por un lado, resulta innegable el acabado perfecto de piezas como Hollow Body o en Pantame, donde suena domesticado, para lo que nos tiene acostumbrados la dupla conformada por Raúl Frutos e Inma Gómez.
Más allá de estas concesiones al ejercicio de estilo, del rock industrial al sonido Manu Chao respectivamente, donde verdaderamente ha encontrado el valor de estas nuevas canciones es en su interés por prender en una pira flamenca su imaginario rock de venas y corazones. Bajo esta pretensión, se hacen más y más grandes cortes como Con sangre de quien te ofenda y la fabulosa Casa y carbón. Son demostraciones de tal calado las que mejor definen su intención de soñar con una radiofórmula emitida desde la huerta del Captain Beefheart.
Dentro de los peligrosos placeres habituales a los que nos tiene acostumbrados Crudo Pimento, también es digno de reseñar un tema con la aureola de Una sombra en todo el cuerpo. Razones más que suficientes para entender este disco como un trabajo de transición, para el cual quizás la dupla ha tocado demasiadas teclas, pero algunas de estas abren puertas hacia renovadas dimensiones sónicas altamente interesantes.
