Tal como reza el título de su nuevo álbum, Anni B. Sweet se ha lanzado a la aventura de explorar nuevos universos para sus ambiciones musicales. El resultado es, cuanto menos, sorprendente y despliega renovadas expectativas sobre su futuro inmediato.
Qué: Disco (Subterfuge)
Como si se hubiera encerrado en un búnker con todos los discos de M83 y Chromatics durante varios meses, así es como suena el nuevo trabajo de Anni B. Sweet. Pura lisergia, equilibrada entre el shoegaze y un filtrado synthgaze de la psicodelia de los años sesenta. Vamos, una vuelta de tuerca menos experimental que la de, por ejemplo, Tame Impala.
Bajo esta premisa crece un ramillete de canciones que escapan de sus filias folk, dando más cuerpo a unas texturas más físicas y ambientales que nunca. También asoman los paralelismos con Metronomy y Sean Nicholas Savage en un trabajo empujado por el dolor y la imaginación como medicina del mismo. La órbita delineada alrededor de este eje describe una filia india de canciones tan inspiradas como Buen viaje, El tiempo y La vida está en otras partes. Desde ya, una terna inmaculada dentro de su repertorio, donde aborda la épica de sus estribillos espaciales, sin traspasar nunca la línea que puede arribar en la pomposidad.
Más allá de este núcleo, el resto de compañeras de excursión no pierden comba ante el exigente nivel marcado para la concepción de esta criatura planeadora, emotiva y, definitivamente, de puro sonido en cinemascope.
