El sevillano Moreira presenta su flamante álbum Sol de invierno, un trabajo sin el menor desperdicio con el que se marca un viaje excelso por el corazón folclórico latino, pero siempre sazonado bajo patrones pop con algunas gotitas de jazz.
Qué: Disco (El Volcán)
Tras echar un ojo al currículo de Jesús González, aka Moreira, uno se da cuenta de muchas cosas. Su trabajo para Raimundo Amador, pero también para Van Moustache y Genérica, responden a la panorámica abierta por un creador que, para su debut en solitario, se ha marcado un admirable viaje por el corazón folclórico latino.
En su cuaderno de bitácora no faltan detalles andinos, dentro de un recorrido a pulmón por el folclore de países como Chile, Argentina y México además de cumbias a golpe de distorsión. Todo perfectamente sazonado bajo patrones pop, pero también con una gotitas de jazz.
De tan jugosa mezcolanza, se abre un disco que, si bien no es redondo de principio a fin, nos deja manjares con el garbo de Toda la noche o el atmosférico crepuscular criollo de Quimera. A partir de puntos de partida como los señalados, se extiende un paisaje sonoro lo suficientemente gustoso como para sumarlo a la reivindicación de los sones tradiciones que, desde hace unos pocos años, están enalteciendo grupos como Los Hermanos Cubero. Así, lo que transmite Moreira en esta decena de canciones es una laboriosidad a prueba de bombas, con el fin de demostrar el sentido de una empresa que se antoja mayor a cada nuevo paso que dé.
