El debut en solitario de Tito Ramírez demuestra, una vez más, que el actual panorama pop está más abierto que nunca a géneros anteriormente prohibidos en sellos discográficos de tendencias, digamos, «normales».
Qué: Disco (El Volcán/Discos Antifaz)
No hay duda de que un disco como The Kink Of Mambo llamará la atención a más de uno. No puede ser de otra manera ante su locuaz forma de reivindicar la liturgia del mambo. Pero no se queda aquí únicamente el trayecto planteado. Ni mucho menos. Tito Ramírez va sobrado de sangre caliente por sus venas, y no se corta ni media para lanzarse al nocturno aterciopelado que recubre cada centímetro de Sangre, pero también lanzarse al cha cha chá en la jugosa versión que realiza de Amanecer sin ti, del argentino Palito Ortega.
En todo momento, asistimos a un trabajo profusamente didáctico, donde mambo, soul, cha cha chá y rhythm and blues se dan la mano en un viaje sin peajes con las modas del momento. En su lugar, asistimos a una exaltación sin sonrojos con la nostalgia por épocas, casi siempre, citadas únicamente como pie de página en el Libro gordo de Petete del pop.
Lo que hace que este trabajo sea mucho más que una simple evocación de modas pasadas es, precisamente, la necesidad de mostrar zonas de nuestro imaginario musical donde el filtro anglosajón ensombreció más fuertemente géneros tan infravalorados como el mambo, motor que da cuerda a este álbum de gusto exquisito y cintura rompecorazones.
