Después de Pop y Canciones que cambiaron el mundo, la plataforma Movistar+ presenta en su canal #0 el cierre de una trilogía de programas que asocian la música a grandes recuerdos; en este caso, de personalidades relevantes de la cultura, con versiones incluidas en el menú.
Qué: Programa de televisión
Dónde: Movistar+, #0
Todos lo hicimos; el milenarismo les llama mixtapes y los peinacanas, cintas de casete o cedés quemados con una selección de canciones que nos tocaron adentro, por la razón que fuera. Había esfuerzos temáticos y monocordes, también heterogéneos y ordenados con un patrón medalaganario; de todo, como en botica. Movistar+ ha decidido bucear en las canciones que removieron todo a gente dispar aunque hermanada (por yuxtaposición, roce o incoherente coherencia) por el amor a la música y la importancia que tiene en sus respectivas vidas.
En cuatro sesiones tricéfalas, El poder de la música habla con doce protagonistas en sus ciudades de referencia (seis, en este caso) y de esas canciones que les volvieron locos de gente como Leonard Cohen, Elvis Presley, la Creedence, Bowie, Nirvana, The Smiths, Radio Futura o Sabina, entre otros. Además, se habla con músicos a quienes también afectaron las canciones de esas figuras icónicas; el menú se completa con opiniones de periodistas y promotores musicales, desde Diego Manrique y Gay Mercader a Arturo Paniagua o Virginia Díaz, amén de una versión de cada una de las doce canciones, con intérpretes tan variopintos como Tachenko, Antonio Arias, Sidonie, Xoel López, Mäbu o Tarque, entre otros.
El primer programa tiene como protagonistas a Alaska, Luz Casal y el cómico y músico Julián López. El segundo contará con las historias de Ariel Rot, la actriz Mariam Bachir y el dúo Pau Roca y Jorge Martí, de La Habitación Roja. El tercero convoca a Mikel Erentxun, Soleá Morente y Zahara, y el cuarto reúne al cantante y ex futbolista Álvaro Benito (de Pignoise), el televisivo Bob Pop y la múltiple campeona olímpica de natación Teresa Perales. Una apuesta que se decanta hacia la grandeza; el poso no tiene desperdicio, y el reposo es nutritivo.