Hace tiempo que Antonio Luque aka Sr. Chinarro publica álbumes sin la menor presión por volver a alcanzar las cotas de inspiración de clásico pasados como El porqué de mis peinados o El fuego amigo. Sin la necesidad de tener que demostrar nada nuevo, surgen trabajos tan desacomplejados y gustosos como El bando bueno, su más reciente LP.
Qué: Disco (Mushroom Pillow)
Es arrancar con el pop envenenado de Una famiglia reale y caer en la cuenta: Luque ha vuelto a sacarse de la manga una nueva muestra de un talento que funciona a granel, pero resulta incapaz de mostrar síntomas de insustancialidad. Algo así queda plenamente constatado en medios tiempos tan hermosos como Escorpio, donde queda en evidencia que el meridiano entre su universo y el de Los Planetas no ha hecho más que ir convergiendo desde El fuego amigo en adelante.
Pero ¿estamos ante una tendencia negativa y repetitiva? No hay más que dejarse transportar por la cacharrería sinte sci-fi anudada en Telaraña para darnos cuenta que dichas coincidencias no son algo buscado sino el resultado de sonar cada vez más «para todos los públicos». Esto último tampoco es un debe sino un añadido más a una trayectoria mastodóntica que, por medio de inflexiones remozadas en bossa nova, tal que en Planeta B, o el recuerdo a los New Order menos tecno de Brotherhood, como en La odisea, refleja ligeros matices que rasgan nuevos surcos en un rostro que, tal como evidencia la portada, ya se contempla como El Greco del pop. El mismo cuyo nervio lírico sigue arreciando a través de un vocabulario único y segundas intenciones en cada palabra dibujada. Y que nos entrega una nueva decena de tarros en conserva para degustar con gusto hoy, y mucho más dentro de unos cuantos años.
