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viernes 26 de abril de 2024
Verde Prato

Kondaira eder hura

Verde Prato

El primer álbum de Verde Prato no es sólo uno de los debuts del año sino la confirmación de estar ante una de las propuestas con más potencial de los próximos tiempos. Un logro pop minimal condensado en siete postales de otoño para toda la vida.

Qué: Disco (Plan B)

Es adentrarse en Mutilaren kanta y darse cuenta de una cosa por encima de todas: la claridad de estilo mostrada, dentro de lo que es la recreación más brillante de las formulaciones esqueléticas por las cuales Young Marble Giants se ganó un hueco como una de las formaciones más influyentes de la historia del pop underground.

Sólo este corte ya muestra más ideas que el noventa y nueve por ciento de lo que nos ofrece el pop estatal de hoy en día. Y es que Kondaira eder hura está compuesto de siete canciones IMPORTANTES, cocinadas en los fogones de la inspiración, con milagros como la inquietante Lagunen kanta, donde recuerda a la Lena Platonos más recogida. Misterio pop al cubo que se extiende a lo largo de un recorrido donde el meteorito Mikel Laboa implosiona en el corazón de Haurraren kanta, otro prodigio, donde incluso prende su atmósfera en la melancolía sepulcral de la que Jeanette hizo gala en los años 70. En otra como Ainaien kante brota el espectro de una Nico fantasmagórica, tenue y aterciopelada, a través de una estilización de la dicción, sencillamente, única dentro del euskera.

Las otras piezas aquí recogidas son igual de fascinantes, pero mencionarlas, y diseccionarlas, sería como contar spoilers de algo que, como mínimo, merece el misterio de la primera escucha. Hito absoluto, incluso, vanagloriado por el inigualable Ibon Errazkin. Escuchar para creer.

Verde Prato Kondaira eder hura

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