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viernes 29 de marzo de 2024

15.11.18

Marco Maril

Desde que en 1999 encabezó al delicioso dúo tecno-pop Dar Ful Ful, no ha dejado de dar lecciones sobre lo que significa alta costura pop. Fue con Apenino como alcanzó la excelencia de dicha sublimación. Pero, ahora, toca quitarse la máscara y ser Marco Maril al cien por cien. El resultado, su obra más íntima y desgarradora hasta la fecha.

Qué: Disco (Jabalina)

Abocado a un striptease emocional sin concesiones, así es como se presenta Marco Maril en su renacimiento artístico. Atrás quedan las confecciones pop sinte de elegancia absoluta. El músico vigués sale de una experiencia emocional devastadora de la cual la consecuencia natural era dejar fluir la inspiración en primerísimo primer plano; prácticamente, a piano a voz. A pelo. Así es como funciona la decena de canciones paridas desde un sentimiento azul, impresionista, de recuperación, de buscar esa luz tan presente entre los silencios pianísticos de tan conmovedora sinfonía pop minimal, como en la canción del mismo título.

Para consumar dicha ambición, Marco ha trocado New Order por la pausa herida de Erik Satie y Max Richter. El corazón ardiendo explora las llagas del corazón, aunque para este tema en concreto se sirva de la aterciopelada brisa vocal de Iria Vázquez.

Más allá de su siempre emotiva canalización neutra de las inflexiones vocales, una de las pocas conexiones con el pasado de este álbum es su aproximación a la dialéctica lorquiana, lo cual queda refrendado en Romance de la luna, luna y Preciosa y el aire, adaptación de dos romances del gran poeta granadino.

Estas son sólo algunas de las armas esgrimidas en una paleta musical que transciende su mera existencia como uno de esos artilugios discográficos nacidos para acompañarnos en dulces estados de saudade melancólica.

Marco Maril 15.11.18

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