Si hay una ciudad española acostumbrada a tirar por la vía all-star con integrantes de diferentes grupos, esa es Granada, que para la ocasión nos sorprende con Unidad y Armonía, banda conformada por miembros de Niños Mutantes, Checopolaco, Los Plantetas, Madame Popova o Los Ángeles.
Qué: Disco (Casa Maracas)
Cocinado entre la abstracción atmosférica del krautrock y la lisergia psicodélica melancólica sesentera, así es como se presenta el nuevo trabajo de Unidad y Armonía. Súper formación comandada por Miguel Martín (de Migueline), para la cual también ha conseguido juntar a las dos hermanas Morente, Soleá y Estrella, en el sunshine pop rumbero que se marcan en Soy una nube, principal reclamo de un trabajo cocinado con primor y múltiples detalles, donde la materia space-pop constituye el principal vehículo instrumental de las operaciones llevadas a cabo. Así sucede con el éxtasis astral alcanzado en Somos la excusa, barroquismo de altos quilates mediante el cual este álbum se convierte en gema preciosa. Literalmente.
Pero que nadie piense que estamos ante el clásico trabajo vampirizado por dos canciones. Ni mucho menos. No hay más que dejarse arrastrar por la materia sci-fi y los bajos cibernéticos de Poderes sensoriales, en la que se llega a jugar con las pautas de acción proggys y la materia kosmische bávara de los años 70.
La exuberancia instrumental define los códigos de conducta de semejante plantel, que por momentos llega a colindar con la materia hipnagógica destilada por grupos de hoy en día como Vanishing Twin. Así sucede en Extraño, otro de los pilares que asienta el discurso cósmico de un grupo que, definitivamente, supera la anécdota de una reunión de amigos que lo hace por pura diversión. Lo contenido en Un verano invencible es materia prima de Champions League. Un nuevo nombre a sumar con luces de neón dentro de la gran cantera de talentos granadina.
