Entre el escapismo pop y el arrebato confesional, Flavia Marsano, artista peruana radicada en España, ha refrendado un álbum de debut luminoso y expansivo que la revela instantáneamente como una de las voces más refrescantes de la generación última.
Qué: Disco (El Volcán)
Existir, la primera canción del disco de Flavia Marsano, es un diáfano ejercicio de pop electrónico que contiene una declaración de amor definitiva: «Existir es lo mejor que haces». Y esa claridad, en las letras y la propuesta musical de la artista limeña afincada en Madrid, es quizás el principal hallazgo de un Contratiempo que, paradójicamente, resulta mucho menos problemático de lo que podría sugerir su título.
De hecho, es un álbum muy fácil de escuchar, gracias al incuestionable talento de Marsano para confeccionar canciones que, sin caer en los artificios habituales de los «tanques» del mainstream contemporáneo, no deberían tardar en poblar masivamente las playlists hispanoamericanas.
Un par de ejemplos inmejorables son Guinda y Círculo –el sencillo que la dio a conocer, un par de años atrás–, en los que resplandece el trabajo de producción a cargo de José Luis Gonzales, mejor conocido como El Alcalde, integrante de la agrupación peruana Santa Madero. Otro momento destacado llega con Sí o no, que cuenta con la participación estelar del artista y productor valenciano Turian Boy, un colaborador recurrente de Flavia.
Si se trata de enumerar referentes, surgen de inmediato nombres hoy imprescindibles, como los de Clairo, Arlo Parks o Javiera Mena, pero a Marsano, nacida en 1999, le bastan ocho canciones y poco menos de veinticinco minutos para demostrar que hay originalidad y, sobre todo, un potencial gigantesco en su propuesta. La suya es una voz novísima que se suma a un apasionante elenco de cantautoras peruanas (La Zorra Zapata, Lorena Blume, Fernanda Perochena, Camille Jackson y siguen firmas…) que en los últimos dos o tres años no han dejado de explorar los heterogéneos confines del universo de la música pop.
