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miércoles 24 de abril de 2024
Elle Grande

Lagunak

Elle Belga

Elle Belga regresa dos años después de la publicación de Simetría (2020). Y lo hace por medio de un trabajo que es mucho más que un EP al uso o un simple incidente en su discografía.

Qué: Disco (Mont Ventoux)

Cuando hablamos de Lagunak, lo estamos haciendo de la enésima demostración de la relevancia de todo lo que hace Elle Belga, dúo que, en cierta manera, se ha convertido en una versión astur heterodoxa de Low. Palabras mayores de la surge una transgresión cocinada desde la elegancia sepulcral proveniente de un racimo de canciones en las que el silencio es tan importante como la ingrávida dimensión instrumental alcanzada.

Dicho enfoque queda perfectamente expresado en Dolores, primera prueba de genio extraída de un trabajo en el que no faltan invitados como Edwin Moses, Amorante o Verde Prato. Estos tres forman parte de Una pequeña tregua, pura inducción a través del espejo que nos traslada a un mundo de melodías robadas al viento. Aerostática de un sonido que tanto remite a las producciones ambient jazz del sello ECM como a una reevaluación del mantra en modo onírico.

Sólo por este corte, la existencia de Lagunak está más que justificada. Sin embargo, las cuatro esquinas aquí dispuestas respiran con personalidad propia, así como en la versión que llevan a cabo de Qué niño soy, que para la ocasión es transmutada bajo una concepción cuasi sacra del ascetismo fronterizo. Un pico tan alto, queda realzado de una fórmula musical que no entiende de límites, en su panorámica aérea del minimalismo.

Atmósferas plenas de intención con la que brotan milagros de belleza aurea como Pienso, último escalón de un disco que, ante todo, ratifica la imperiosa necesidad de seguir los pasos de un grupo que parece convertir en oro todo lo que toca, y que en Lagunak alcanza cotas de inspiración verdaderamente atemporales.

Elle Belga Lagunak

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