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martes 15 de octubre de 2024
Niña Tormenta
Foto: Teresa Arredondo

Las cosas lento

Niña Tormenta

En nueve canciones y un pasaje, el esperado segundo disco de la compositora chilena Niña Tormenta es un refugio lleno de folclore y melancolía; un lugar sin tiempo y con memoria imaginado junto al productor Arturo Zegers.

Qué: Disco (Uva Robot)

El tiempo, como el mar que besa las costas chilenas, quiere tragarse todo. A veces se siente así, como si detenernos un momento a mirar el suave movimiento de las nubes o el agua quieta del té en la taza fuera un acto de defensa personal ante el Siglo XXI y sus peligros, sus artimañas, sus supuestas urgencias.
Esta batalla invisible por no perdernos en los frenéticos ritmos de producción quizá la tengamos perdida, pero también quizá no. Las cosas lento, el nuevo disco de Niña Tormenta, es una medalla para el equipo de la calma, ese que aún cree en el diálogo interno y en el conservar un paisaje en la memoria solo a través de la mirada encendida y concentrada en ese presente que nos han hecho creer que no existe.

Yendo en contra de todas las recomendaciones que el CEO de Spotify ha dado a los nuevos artistas, Las cosas lento comienza con un pasaje, un momento atmosférico que evoca la niebla y sugiere un ánimo contemplativo. La invitación a la introspección se confirma rápido de la mano de Vivo imaginando cosas y Pequeñas esperanzas, cantos melancólicos que marcan el clima de folclore ambient que atravesará todo el disco –logrado con ukelele, sintetizadores, chelo, bombo y voces reverberantes– y que lo convierte en una pieza delicada y casi cinematográfica, una obra con espacios inmensos para sentir y respirar profundo, ojalá en soledad.

«Voy a hacer las cosas lento, no me importa demorarme más», canta Tiare Galaz –nombre real de la compositora– en la canción que da nombre al álbum. Con esta declaración de principios y junto a preciosas reflexiones sobre añorar, envejecer, mirar y, sobre todo, atesorar adentro todo aquello que nos conmueve, que nos conmovió, la también autora del aplaudido Loza (2017) remarca la importancia de los afectos y de los tiempos personales. «Yo lo intuí, era el paraíso: tu cabecita y la mía mirando el mar», relata en «Tu cabecita y la mía» –única colaboración del disco, junto a Diego Lorenzini–, como identificando y eternizando ese momento en el que no hay nada más que desear.

Nutriéndose de la tonada chilena, el folk y la música ambiental, Niña Tormenta entrega la banda sonora de un paseo largo por alguna playa en pleno invierno, ahí donde la soledad despierta preguntas y el frío nos hace buscar el calor en el pecho, en ese refugio que encontramos solo en un recuerdo feliz.

Niña Tormenta Las cosas lento

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