Por fin tenemos con nosotros el primer LP de Yadam, en el que el músico venezolano se muestra como una de las nuevas realidades de la música latina internacional. Su capacidad de mantener sus raíces, de elegir arreglos de proyección contemporánea y acercarse a los grandes vocalistas de la tradición occidental, lo convierte en uno de los exponentes más interesantes para seguir de cerca.
Qué: Disco (Nacional Records)
Yadam abre Belamor con una crónica de vida, con un cuadro de amor costumbrista –Loco–, con bases electrónicas, que va creciendo hasta un grito de amor. Sus temas tienen un pulido perfecto, juega con la instrumentación, dándole preponderancia a la parte digital, pero sus bases tienen algo de programación orgánica, a lo que acompaña un fraseo y una capacidad vocal sobresaliente, como se puede escuchar en Ojalá.
Los metales valientes con los que pincha en Alguien como tú o la emoción del piano, sostenido por una voz agarrada a una cornisa, por una segunda voz, también atrapada entre los ambientes de ensoñación, Nada es seguro, en colaboración con Zoe Gotusso, son algunos de los momentos más bellos del disco, el primero por lo intenso, el segundo por lo íntimo.
Pero también están los bajos ochenteros de Beso, un canto al desamor, al olvido, con rítmica electrónica y acelerada. Una declaración de principios donde las habilidades vocales de Yadam juegan con una combinación de capas distintas, llevándonos incluso hacia esquinas más urbanas. Buscas un poco de teclado de baile, de cacharrería de club, de sabrosa disputa desconocida y encuentras Enséñame (Teach Me), que juega en los límites del trap y el reggaetón sin caer en la vulgaridad.
Todo el disco es un compendio de buen gusto, de acercamiento al alma, de toques especiados de Rhythm and blues contemporáneo, incluyendo el brumoso final de Software, cantado en inglés, pero que demuestra que la producción de Yadam tiene una perspectiva internacional y un pulido perfecto.
