En Aún creo en la belleza, el cantautor chileno Nano Stern ahonda en la búsqueda de lo simple y lo sutil al servicio de la poesía hecha canción. En medio de un mundo revuelto, el músico construye un refugio de palabras y sonidos que reflejan las inquietudes y sosiegos del tiempo intenso que nos toca vivir. Conversamos con el compositor, entre una intensa red de actividades que incluyeron además de los conciertos, su paso por el Festival de Teatro Clásico de Almagro, con una singular versión de La vida es sueño.
¿Por qué esta mirada y reflexión sobre la belleza?
Me parece que vivimos en una época profundamente decadente, en el sentido de que la arquitectura valórica que ha cimentado nuestra civilización nos ha llevado a un punto de no retorno y se ha puesto a si misma en jaque. El consumismo, llevado a todas las áreas de nuestra vida, nos vuelve prisioneros de un imparable apetito material. En esa carrera suicida, todo tiene que dar réditos y el ocio no tiene cabida. Y eso amenaza la belleza, por que esta no responde a esos códigos; a ojos del sistema, es inútil.
Difícil no ponerse pesimista con el panorama actual…
Claro, pero en vez de quejarnos podemos pensar en ¿qué nos queda cuando perdemos la belleza? Un mundo feo. Funcional, quizás, pero muy feo. Me resulta contraproducente intentar atar la belleza a una definición, pero al menos hay dos niveles que dialogan constantemente: el estético y el ético. La belleza concebida como un fenómeno estético es susceptible a las modas y los ires y venires de cada época.
¿Nos estamos alejando de ella en este mundo?
Creo que todos podemos intuir una belleza profunda que está por sobre, o más bien por debajo, de los códigos propios de cada momento. A esa le quise cantar en este disco. En una época de tanta incertidumbre, la belleza nos puede guiar y hacer recordar lo afortunados que somos al ser capaces de percibir conscientemente el mundo que nos rodea.
«Me parece que vivimos en una época profundamente decadente, en el sentido de que la arquitectura valórica que ha cimentado nuestra civilización nos ha llevado a un punto de no retorno y se ha puesto a si misma en jaque»
¿Qué características tiene este disco, tu noveno ya?
Este es un disco iba a ser grabado antes de la pandemia y del estallido social en Chile, pero la historia dijo otra cosa y tras más de dos años de sacudidas profundas en que nunca más volvimos a la antigua «normalidad», finalmente pudimos publicarlo. Cerca de la mitad del disco fue escrito en medio de la extensa cuarentena que vivimos en Chile. El hecho de estar encerrados en casa fue generando una fragmentación de la realidad. El colectivo se puso en pausa y cada quien fue desarrollando su propia película individual. Este álbum, en consecuencia, tiene dos almas que dialogan constantemente. El estallido social inundó las calles de un sentir profundamente solidario, y pasar de eso al encierro impuesto fue una brutalidad al cuadrado.
Y aún así con tantos «accidentes», el disco tiene una gran coherencia…
Es que esta familia de canciones refleja entonces esos dos sentires aparentemente contradictorios: el de que es posible salir de esta a través del empuje comunitario, y el de que vamos, inevitablemente, rumbo de un colapso civilizatorio profundo. El disco sucede entre dos hitos: Inventemos un país, que abre los fuegos con un llamado a la acción, y Aún creo en la belleza, que es una suerte de manifiesto reivindicatorio.
Hablemos de Chile, ¿te gusta el país que se está «inventando», construyendo?
Chile está viviendo un proceso de cambios muy profundo. Las políticas neoliberales que impuso la dictadura ya dieron de sí y no son sostenibles. La crisis actual, que es multisistémica, nos obliga a ser creativos. No basta con aplicar antiguas recetas para sobrellevar los problemas de hoy. Considerando que tenemos al mismo tiempo un gobierno que representa un cambio de generación y de ciclo político, una emergencia sanitaria y económica, y un proceso constituyente en marcha, creo que es natural que vivamos dolores de crecimiento.
¿O sea que los cambios van sí o sí?
La situación actual es difícil, pero tenemos la oportunidad real de reimaginar nuestro país y creo que saldremos de esta mejor de lo que entramos.
PRESENTACIONES NANO STERN
> Madrid: Miércoles 13/7 – 21:00 horas – Sala Galileo Galilei – Entradas
> Barcelona: Viernes 15/7 – 20:30 horas – Tradicionarius – Entradas
> Festival de Almagro – Información aquí