Recomendaciones REDPEM (LXII)

Como de costumbre, esta nueva entrega de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM) propone un raudo recorrido por la música de la región. Así, Rafael Escalona nos presenta el trabajo más reciente de Eme Alfonso, voz referencial de Cuba en la actualidad, y Gabriela Robles, desde Ecuador, complementa la idea de que su país pasa por un gran momento, presentando el flamante trabajo de electrónica bailable de Ataw Allpa y DJ Nirso. Desde México, David Cortés reaparece en esta columna hablándonos sobre el legendario grupo de rock clásico Crazy Lazy, de Monterrey; mientras que el español Xavier Valiño presta atención al más reciente material del Twanguero. Finalmente, Juan Carlos Hidalgo, también desde tierras aztecas, nos acerca a una novela de Horacio Garduño, con alto contenido musical.

RAFA G. ESCALONA (Cuba)
Voy, de Eme Alfonso
«Aunque Eme Alfonso podría haberse labrado una carrera como cantante siguiendo el camino trillado por sus padres en el grupo Síntesis, para fortuna nuestra decidió torcer un poco el rumbo. Si alguna característica la define como artista es la curiosidad: por saber qué otros sonidos existen, por tomar esos sonidos y jugar a incorporarlos a sus composiciones; la misma curiosidad que la ha llevado a embarcarse en proyectos tan ambiciosos como el Festival Havana World Music.
Marcada evidentemente por la centralidad de la música de las religiones afrocubanas, Eme va más allá de la superficial lectura de los cantos yorubas, urga en dichas sonoridades y las reactualiza a partir de su lectura personal y sus interinfluencias de las músicas del mundo.
Resultado de todas estas búsquedas es el álbum Voy, concebido en La Habana y rematado en São Paulo. Producida por el genial Alê Siqueira, Eme Alfonso ha dado vida a una obra en la que, como nos recuerda la celebración a Oyá que abre el disco, la alegría y lo sombrío son dos caras de una misma moneda.
Con el paso de las canciones, el álbum se nos descubre como una pieza sutilmente feminista, no como bandera oportunista en estos tiempos de #MeToo, sino como muestrario de las reflexiones íntimas y contemporáneas de una joven sensible. No hay pose, no hay intento facilista de empatía; si lo logra es precisamente por la sencilla sinceridad que desprende sus letras, en particular temas como Libre y Voy.
El elocuente discurso de las canciones tiene como complemento un cuidadoso trabajo orquestal, ejecutado por unos instrumentistas que logran un preciso balance entre la discreción y el protagonismo. Esto, unido al exquisito trabajo de grabación, mezcla y masterización nos hace desear muchos más intercambios como éste, sobre todo en el entorno de las músicas menos comerciales, a las que muchas veces la ausencia de una acertada producción musical termina lastrando sus empeños discográficos.
Voy es un disco para escuchar muchas veces, de esos que se van revelando de a poco; una amalgama de sentimientos que se reacomodan según los estados de ánimo con que se enfrenten. Como la vida».

GABRIELA ROBLES (Ecuador)
Sonora post digital, de Ataw Allpa y DJ Nirso
«Ataw Allpa, productor ecuatoriano que lleva el acordeón bajo el brazo, y DJ Nirso, un selector musical brasileño con el ritmo inyectado en la piel, juntaron sus historias y el camino de sus pueblos para lanzar una tanda de música post-digital, mixta, construida en esencia por ingredientes regionales. Aí, Sonora Post Digital es una invitación a la pista de baile. Sin ingenuidad, nos llama a mover la cuerpa bajo melodías tomadas de la tradición de varios pueblos sudamericanos. La cumbia es una ley transversal con la que empieza a trabajar esta Sonora. Los demás ritmos impedirán que cualquiera que haya empezado a moverse, renuncie al brinco. El sanjuanito de Los Andes ecuatorianos, los eclipses de bomba de la Costa Pacífico ecuacolombiana, el forró del norte de Brasil, el carimbó amazónico. Puro chicha feelin’. En este brebaje en sacudón continuo, persiste un subtexto que nos sugiere mirar al continente como un todo. Ataw Allpa trae un discurso político a través de la música. Las colaboraciones son también parte de esta coartada que incluye a artistas como Catarina Dee Jah, Uaná System e Illescas».

DAVID CORTÉS (México)
Que siga el rock, de Crazy Lazy
«En el norte de México, en la ciudad de Monterrey, surgió en la década de los ochenta del siglo pasado el quinteto Crazy Lazy que en ese entonces logró lanzar un álbum titulado ¡Qué viva el rock! La suerte no fue la mejor para la agrupación a pesar de sus buenas hechuras. Treinta años después, tres de los integrantes originales: Antonio y Javo Benítez, guitarras y batería, respectivamente, y Sergio Gomar, voces –Raúl y Javier Villarreal, desafortunadamente fallecieron– regresan a las producciones discográficas con Que siga el rock, publicado de manera independiente. Se trata de once temas en la vena de un hard rock clásico de buena factura, apegado a los cánones del género y sin descuidar el sentimiento expresado en algunos temas lentos (Maniquí, Duelo), otros a medio tiempo (Piezas de ajedrez) y las más de las veces en composiciones más rápidas y duras, sin llegar al extremo, marcadas por un destacado trabajo de sus guitarristas (Ciudad del rock and roll, Revolución). Ideal para los amantes de lo clásico».

XAVIER VALIÑO (España)
Electric Sunset, de Twanguero
«Son muchos años respaldando a grandes nombres del rock hispanoamericano (Andrés Calamaro, Santiago Auserón, Jaime Urrutia, Fito Páez, Enrique Bunbury). Y son muchos también desde que a los seis empezase con su primera guitarra, y a los trece montase su primera banda. Pero, además, a ello suma ya cinco discos y una ascendente carrera que lo lleva por todo el ancho mundo, reconocido ya por su particular sonido twang y su dominio del fingerpicking, del que tampoco hace ostentación en sus discos.
Grabado entre Madrid, Los Ángeles y Tucson, y con la colaboración de la Orkesta Mendoza y del violista Ara Malikian –en su recreación del Raska yú–, el sexto disco de Twanguero podría entenderse como su álbum de Los Ángeles; aunque lo cierto es que en él bebe de nuevo de los sonidos fronterizos más allá de California, con cumbias norteñas, boleros de aires flamencos, rumba latina, twang en vena y ecos de Ennio Morricone y otros compositores de bandas sonoras, a lo que suma referencias a Gabriel García Márquez, Ry Cooder y José Alfredo Jiménez. Sin duda, un completo viaje musical con las mejores manos a la guitarra».

JUAN CARLOS HIDALGO (México)
New Wave. En busca de la memoria, de Horacio Garduño
«Alrededor del rock mexicano queda tantísimo por escribir, documentar e incluso imaginar; por eso aquí hay un clavado al pasado a través de la ficción. Recientemente los ochenta han acaparado la atención, pero en un giro inesperado un escritor chilango apuesta por revisar los años setenta –cuando el rock era perseguido por decreto gubernamental tras el Festival de Avándaro.
Un trío que picaba piedra con el punk deja el DF para irse a enterar que Londres ya anda en otra movida. Lucrecia –guitarra y voz– regresa enredada con su amiga Iglú y decide que va a probar suerte con el new wave. No tiene idea que al volver tendrá que armar el rompecabezas de su pasado, que se muestra cruel e inexorable.
El asunto de la banda le permite al autor recurrir a una estructura fragmentaria y varios narradores, al tiempo que inserta una multitud de marcas, personajes y lugares que nos hacen acordar de una ciudad y un país que ya no existen. Hay un guiño a la nostalgia en todo el asunto, mientras Lucrecia se va convirtiendo en personaje entrañable que no teme enfrentar a sus fantasmas y sus ecos terribles.
Narrada con un lenguaje sencillo, esta segunda novela de Horacio Garduño se apuntala como una estrategia para conectar a las nuevas generaciones con un pasado que rockea y se reinventa tanto en lo público como en lo privado».

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New Wave. En busca de la memoria – Booktrailer