Culturas contemporáneas de España y Latinoamérica a diario
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jueves 2 de mayo de 2024
El David Aguilar

Recomendaciones REDPEM 83

La Red de Periodistas de Iberoamérica (REDPEM) ofrece de nueva cuenta varios ejemplos de lo mucho que se produce en los diferentes países de la región, en este caso centrándose en propuestas de las escenas de Colombia, Argentina, México y España. Cinco álbumes que marcan un debut o dan continuidad a las carreras de compositores que aportan ideas y colorido al diverso cancionero iberoamericano. Cinco caminos de sonoridad distinta, yendo de la tradición al rock, para recorrerlos con la emoción que lo nuevo trae siempre consigo.

 


 

Luisa Piñeros Redpem

LUISA PIÑEROS (Colombia)
ResabiaO, de Jaison Neutra
«Empecemos por describir el lugar donde nació Jaison Neutra. El departamento se llama Santander y cuando uno va sobrevolando la llegada al aeropuerto, hay que contener el aliento por el paisaje que se divisa a esa altura. Las montañas parecen gigantes dormidos, entrelazados uno con otro, apacibles gigantes color terracota, verde de todas las gamas; dóciles gigantes acorazados en la mitad de una geografía que define el temperamento de los que nacen allí. Eso es lo que se ve desde arriba y, al descender, está Barrancabermeja, su hogar.

Su estatura me hace pensar en las montañas que se ven desde el aire. Desde que conocí su música por primera vez, una sugestiva puerta sonora se abrió en mí, llevándome a hacer comparaciones de él con el cubano Polo Montañez y el uruguayo Jorge Drexler. De Polo su arraigo campesino, de Drexler su conexión con las palabras. Desde muy niño comenzó a escribir poesía. En la adolescencia descubrió que los párrafos juntos tenían métrica. Así fue que estudió composición, y años después está debutando con un disco que reúne todo lo que es él: un buen alquimista del lenguaje.

ResabiaO es el título del disco y a su vez el personaje que encarna cada una de las canciones. Un tipo sabio, gocetas, introspectivo, dolido, melancólico y a veces amoroso. Ya lejos de la ficción, en el álbum hay una clara línea folclórica y una actitud rockera. Jaison no quiso ponerse un solo vestido musical, sino jugar con varios de los aires que hay en el continente: pop, cumbia, tango, aires andinos. Tres años tardó su realización, y como él mismo lo define: “Se hizo con detalle de artesano”.

Es un disco netamente santandereano, hecho con capital humano de su tierra. Junto a Daniel Rivera como productor, crearon una hermandad con la que aportan un color musical que los diferencia de lo que suena en el resto del país. Son ocho temas. En cada uno, Jaison nos revela universos únicos en canciones como Na-na, Deja que sea, Dulzor, Cumbia negra para el amor, Desprenderse.
Finalicemos esto. Hay una honestidad brutal y por eso es un cancionista más que cualquier otra cosa. Jaison es genuino como las montañas, como los gigantes, como la tierra donde nació y que hoy esta viviendo una gran cosecha artística».

Jaison Neutra Redpem

 


Johanna Watson Redpem

JOHANNA WATSON (Chile)
Los años futuros, de 1915 (Argentina)
«A mediados del año pasado viajé a Buenos Aires desde Santiago de Chile, con el objetivo de recorrer lugares importantes dentro de la vida y obra de Gustavo Cerati, el fallecido vocalista de la banda de pop-rock Soda Stereo. Escribiría un reportaje para conmemorar su cumpleaños número sesenta entonces. El día que llegué a Buenos Aires, visité Villa Ortúzar, su barrio, y conocí su escuela primaria, una pizzería que frecuentaba, un paso bajo nivel lleno de murales de sus discos, una plaza donde había un mural con un mosaico y su casa de infancia, donde aún vive su madre.

Yo pensaba que el cúmulo de emociones por ese día había sido suficiente, pero aún me faltaba una experiencia significativa. Ya estaba anocheciendo y esperaba un bus para emprender el retorno a mi hospedaje, cuando recibo un WhatsApp de Yumber Vera, escritor venezolano radicado en Argentina, que además trabaja en un importante centro nocturno donde hay música en vivo. Un rato más tarde estamos en Niceto Club en el barrio de Palermo, en una ubicación privilegiada y vemos el show desde un balcón. Está terminando de tocar una banda y Yumber me advierte que: “ahora va a tocar una banda muy buena, tienen diecinueve años”.

Cuando comenzaron a sonar no esperaba pasar al estado y frecuencia a la que me transporté: eran y sonaban increíbles y la efervescencia del público aportaba con la dimensión que alcanzaba su música. No tuve ganas de conversar mientras tocaban, sólo me dediqué a mirar el escenario y a constatar que todo lo que estaba pasando y sintiendo era real: se llaman 1915 y son unos pendejos ¿cómo pueden tocar así?

Dos meses después volví a Buenos Aires y asistí a un nuevo show. Comprobé que todo lo que vi y sentí aquella primera noche era real. Me hice fan. Y hace mucho que no me hago fan de nada. Mi fanatismo es más bien vintage, nostálgico, un poco pegado incluso, aunque por razones de trabajo y gusto por la música mantengo una constante mirada todo lo que está pasando, mi corazón está depositado en bandas que descubrí y me acompañaron en los gloriosos 80 y 90.
Pero heme aquí, en pleno 2019 descubriendo una banda y sintiendo que son absolutamente de mi gusto. Desde ahí en adelante escuché sus dos discos disponibles en Youtube y Spotify, incluso hice una pequeña reseña para este medio de su ópera prima, Dual (2016).

Hace aproximadamente un mes, me encontré con una deliciosa sorpresa buscándolos en Internet: un nuevo disco de la banda estaba disponible. Lo escuché inmediatamente, se titula Los años futuros. El álbum no alcanza a durar media hora, y con ocho canciones demuestra el talento de sus integrantes: Jeremías Alegre (batería), Cruz Hunkeler (guitarra y voz), Alejo Freixas (bajo) y Penzo (teclados y synths).

El pie inicial en este viaje lo da el tema que le da nombre al disco. La voz dulce y potente de Hunkeler, vocalista y guitarrista de la banda, entrega a la base sonora un exquisito matiz que se conjuga con la poesía de las letras y el ritmo de la música. Me quedo con la frase: “Toda tu ilusión y tus ídolos están vencidos”.
Omm es el tercer tema y mi primer favorito del disco. Tiene un sonido retro que recuerda en pasajes al Clics modernos de Charly García. Debe ser por el sonido del sintetizador que marca con protagonismo algunos tramos del tema. En todo caso, Omm se mueve hacia varias direcciones, avanza mientras busca, y vaya que encuentra. La frase destacada: “Crees en el amor, sabes que es fácil mentir”.

Y como ya tenemos claro que lo de 1915 es un deambular constante entre varios estilos y emociones, luego de la energía bailable que entrega Omm, la banda nos traslada a otro estado anímico con Llamando, una especie de trip hop fundido con un delicioso pop, lento y sexy. La voz de Cruz como siempre sobrecoge, evocando esta vez sensualidad, aquella que irradiaba a borbotones Gustavo Cerati. Pero ojo que no es una réplica, lo de Cruz tiene otro matiz, vive otro momento y tiene otra identidad. “El gemido que guía tan bien a mi boca, se disuelve en un sueño que te invoca”, uno de mis pasajes favoritos.

Pero si tengo que elegir un tema más del disco para destacar, ese es Balsa. La intro me recuerda a Suave, el clásico pop de Luis Miguel del disco Aries de 1993, para luego pasar a una atmósfera alternativa, totalmente diferente, utilizando notas disonantes acompañadas de una excelente interpretación instrumental. El vaivén emocional toma fuerza luego, adentrándose en partes rock que evocan el magma del rock argentino, pero en un formato 2.0. Está Spinetta, está Charly, está Cerati, está 1915 y su sensibilidad juvenil, delicada y esperanzadora. El tema se diluye entre flautas traversas de alto vuelo.

Y bueno, dicen que nada es casualidad: el día que pisaba tierras y lugares vinculados a la vida y obra de Gustavo Cerati, descubriría casi por accidente a 1915, como una hermosa señal de esperanza: Argentina tiene rock y viene de la mano de 1915».

1915 Redpem

 


Jaime Andrés Monsalve Redpem

JAIME MONSALVE (Colombia)
Guasá, cununo y marimba, de varios artistas
«En 1996, la ciudad colombiana de Cali, situada al occidente y considerada la capital afro del país, inauguró con más buena intención que real expectativa el llamado Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez. Su nombre hace referencia al compositor de un himno de ese litoral dedicado a su principal puerto, Mi Buenaventura; tema popularizado hacia la década de los 60 en grabaciones paralelas de dos intérpretes de esa misma zona del país: la cantante Leonor González Mina, conocida como La Negra Grande de Colombia, y su colega Markitos Micolta; secundados ambos por la orquesta de otro lugareño, Peregoyo y su Combo Vacaná, del saxofonista Enrique Urbano Tenorio.

Tanto Mi Buenaventura como el Festival Petronio Álvarez –evento que cada año se hace más masivo y que ha llegado a albergar hasta 130.000 personas por noche– son hitos de la revitalización de los géneros endémicos del Pacífico colombiano y ecuatoriano, litoral de mayoritario componente afro cuyo sonido, mezcla de campo, selva, río y mar, se había mantenido invisible para los oídos del mundo por décadas, bien por cuenta del abandono del centralismo estatal, otro poco por tratarse en muchos casos de música conexa a prácticas ancestrales adscritas a los territorios, de difícil salida comercial.

Por eso, si bien en los últimos años esa música ha sido difundida con mayor fuerza en todo el mundo gracias a la inquietud de sus nuevas figuras, fue escasa la producción histórica de grabaciones de esas sonoridades, exultantes y tristonas a la vez, como no fuera gracias al auspicio de pequeñas empresas privadas o de algunas entidades territoriales públicas en los cuatro departamentos con costa en el Pacífico, o por obra y arte de los registros de campo logrados en su momento por etnomusicólogos nacionales y extranjeros. Es por ello que la valía de Guasá, cununo y marimba, trabajo compilatorio que acaba de ver la luz, es enorme y digna de celebración.

Gracias al esfuerzo del productor colombiano Lucas Silva con su sello independiente Palenque Records, luego de búsquedas que le llevaron alrededor de una década tras las fuentes originales, la firma Vampisoul lanzó un vinilo doble que, visualmente, hace gala de la belleza de aquellas ediciones a las que el sello español nos tiene más que acostumbrados.

La selección cubre mayoritariamente uno de los varios formatos instrumentales característicos de nuestra costa occidental, el compuesto por marimba de chonta (así llamada por el empleo de la madera del árbol del chontaduro), tambor cununo y un sonajero llamado guasá; trío instrumental con el que se tocan currulaos, jugas y bundes, entre otros estilos, en las costas de los departamentos de Valle del Cauca, Cauca y Nariño, con eje en poblaciones de creatividad desbordante, gastronomía ambrosíaca, complejo acceso y no pocos problemas sociales como Guapi, TImbiquí, Barbacoas y Tumaco.

Pero también se incluyó música de chirimía de clarinetes y percusión, ensamble característico del Chocó, el más septentrional de los cuatro departamentos; y algunas grabaciones de orquestas de gran formato, más la música de un par de nuevos exponentes como Buscajá y Bambazulu. Buena parte de los artistas participantes en la selección se encontraban en el olvido, como la cantadora Gertrudis Bonilla, los conjuntos La Marucha y Los Trovadores del Pacífico, y los directores Julián Angulo (Julián y su Combo), Cachito Vidal (La Sonora del Pacífico) y Crescencio Hernández, “Chencho Trompeta” (Los Brujos del Folklore).

Llama la atención la presencia en muchas de esas piezas de la guitarra como componente armónico, en momentos en que el instrumento empezaba a perder protagonismo ante la permanencia desbordante del sonido acuoso de la marimba, el inefable piano de la selva. Desde esta vitrina manifestamos el enorme regocijo por ver en el mercado, en un año especialmente complejo para la industria de la música independiente, la primera gran reedición variada de una música que merece ser escuchada y disfrutada por todo aquel que quiera vivir una experiencia sonora inexplorada».

Guasá, cununo y marimba Redpem

 


Enrique Blanc Redpem

ENRIQUE BLANC (México)
Reciente, de El David Aguilar
«En el otro extremo del sonido más austero y espontáneo que ha hecho como parte del proyecto Núcleo Distante –cuyo móvil es compartir canciones a voz y guitarra vía telefónica con otros cómplices también trovadores como Loli Molina, Ulises Hadjis o Gaby Moreno–, las quince composiciones de Reciente, el cuarto álbum de El David Aguilar, nos muestran las muchas maneras en que el mexicano reinventa con minucia y sana inconformidad su obra, obteniendo resultados diversos para bien.

Agradecer, su primer tema, es una canción de buen humor, con recurrentes juegos de percusión que le imprimen alegría y ritmo. Tu amor me recuerda siempre que la fortuna / Ya ha estado aquí, canta El David, No puedo más / que agradecer / Yo no sé a quién / Voy a cantar / Es lo que sé / Agradecer… Una letra que refrenda su oficio y comunica su afán por saldar deudas con el destino que se ha puesto de su lado.
En el café, segunda en orden, resulta una balada folk de alcoba y aire narrativo. En ella, su autor describe con detalle y fascinación a la persona que lo atiende: Platica en la mesa / Y no se retrasa / Explica recetas / Parece su casa.

Más hacia el rock, Causa perdida va transformándose en otra cosa a medida que avanza. Una canción cuyas trompetas evocan la sonoridad del mariachi y le confieren cierto aliento etílico, el mismo que afirma su letra: Tragos que dejan estragos / Le ayudan a ver que la vida es muy corta / Y que aquí sólo importa cantar. Versos que bien podían ser parte de una ranchera y que por ende celebran el espíritu cantinero y trasnochador del mexicano. Querencia a la que El David Aguilar da más soltura en Luces de bengala, esa netamente mariachera, que recupera el gusto por lo tradicional que él previamente había mostrado en discos como Ventarrón (2011).

En distinta clave está Sucio cristal, una de las más logradas de Reciente, salpicada de sampleos y efectos sonoros; una balada sinuosa en su estructura, con quiebres melódicos y un dejo de ironía en una letra que aborda la autocomplacencia, eso que él llama “el sucio cristal con que miras”. Escrita en segunda persona y sin recato verbal alguno, está claro que se trata de un puntual ajuste de cuentas con alguno de tantos políticos negligentes, de esos que pululan en Latinoamérica.

Destaco también Me vas a ver Tijuana, canción nostálgica y de rasgos acústicos. Otra que privilegia el carácter orgánico que a menudo emplea El David con el fin de no restar fuerza a la emoción de su voz, que aquí afirma afectos por esa urbe en particular. Me vas a ver triunfar Tijuana, reza su verso final, serás de mi mar de ciudades, la más amada.

En resumen, Reciente, muy en la idea que El David Aguilar confecciona lo que da en llamar “anti-álbum” –es decir sin querer darle cierta unidad a las canciones, sino solamente agruparlas por decisión propia–, incluye letras y melodías que exhiben el vasto arsenal de recursos que posee la imaginación de uno de los singer-songwriters más capaces y talentosos en la música latina de hoy. Alguien cuya evidente sencillez pesa en su trabajo, a favor, adjudicándole un carácter terrenal, doméstico, de cercanía, que hace que las suyas resulten cálidas, útiles, humanas, colmadas de emoción y vida. Canciones de ésas que a menudo erizan la piel».

El David Aguilar Redpem

 


Xavier Valiño REDPEM

XAVIER VALIÑO (España)
Belorizonte, de Pablo Lesuit
«Parte de la culpa de que este disco aparezca aquí la tiene Jorge Drexler. Hace ahora cinco años que el gallego Pablo Lesuit editó su debut Tiempo (tras un primer EP, Ocho horas, en 2012), un disco de pop rock más convencional en el que Drexler colaboraba en una de sus canciones, El tiempo. El uruguayo fue quien le propuso que ampliara sus horizontes musicales viajando a Latinoamérica.

Dicho… y hecho. Lesuit marchó a Uruguay y Argentina para dar unos pocos conciertos. Los familiares de Drexler lo acogieron en Uruguay y el músico sintió que había un mundo por explorar que le podía cambiar la vida y, de hecho, lo estaba haciendo: anuló su billete de vuelta a España y dedicó dos años a empaparse de la música del continente sudamericano viajando con lo mínimo (tal y como había hecho unos años antes el también gallego Xoel López), acompañado de una guitarra, un ordenador y un micrófono que le ayudase a ir grabando lo que iba encontrando sobre la marcha.

Parte crucial ha sido la de Juanito El Cantor, a quien Lesuit escuchó cantar a lo lejos a altas horas de la madrugada mientras volvía caminando bajo las estrellas al lugar en el que se alojaba en la ciudad uruguaya de La Paloma. Tras presentarse, descubrió que se encontraba frente a uno de los productores más interesantes y prolíficos de la escena alternativa argentina.

De su trabajo en conjunto nace Belorizonte, un disco fascinante por el proceso que llevó a él, en el que hay una proporción casi idéntica de curiosidad y casualidad, y un trabajo más que interesante por sus resultados: de ahí que las guitarras eléctricas se crucen con el vallenato en Cuerpos o con la cumbia en La noche, que el folclore argentino aparezca a través del huayno en Hojas del campo, que la chacarera dé forma a Con el viento o que los ritmos del candombe uruguayo sean la base de Nada.

Las colaboraciones hablan también de ese puente tendido entre ambas orillas del Atlántico. Por una parte, está la voz de la argentina Esmeralda Escalante, líder de la banda Aínda Dúo, quien deslumbra en La luz que no alumbra, mientras que el también gallego Eladio Santos (Eladio y Los Seres Queridos) pone emoción en Adiós, un corte final que crece a cada nota que suma.

No obstante, los ritmos latinos no llegan a cubrir todo el espectro e impregnan poco más de la mitad del álbum, sus cuatro primeros cortes y los dos últimos. El resto, otras cuatro canciones en su parte central, tienen más puntos en conexión con los primeros pasos de Lesuit, con un Crónicos que remite a Drexler o un Ada que parece haber sido compuesta por Beck, aunque por todo el disco queda la huella de instrumentos como el bombo legüero, el charango, la caja chayera, el timple, la tumbadora, el roncoco, el chillador o el güiro.

Todos ellos encajan con asombrosa naturalidad con las composiciones de Lesuit, como instantáneas de un proceso vital de aprendizaje, descubrimiento y revelación que transcurre por distintos estados de ánimo y diversas culturas, y que suma, además, unas leves pinceladas electrónicas, para desembocar en unas canciones que se intuyen bailables y disfrutables en directo, y más que aptas para ser descubiertas y degustadas por todos los públicos, lo que no es poco. Gracias por el empujón, Jorge».

Pablo Lesuit Belorizonte

 


 

REDPEM EN MOVIMIENTO
Aquí una bitácora de algunas de las recientes actividades de los periodistas vinculados a REDPEM.

Gaby Plaza al aire en Folklórica
Todos los martes a las 23:00 horas de Buenos Aires, Gabriel Plaza –en colaboración en Guillermo Pintos–, transmite Hora Cero, desde la emisora situada en el 98.7 del cuadrante de FM. Como el propio periodista explica, «Hora Cero es un programa de música nueva popular en el Siglo XXI: cruces y diálogos entre los géneros sin prejuicios. Sonidos con identidad de este continente y la región iberoamericana». Se puede escuchar en http://www.radionacional.com.ar/nacional-folklorica

 


Gómez Gufi entrevista a Carmen Linares
Una de las figuras femeninas centrales en el flamenco es Carmen Linares, autora de ese álbum visionario Carmen Linares en antología. La mujer en el cante –editado en 1996–, disco en el que participaron muchas de las figuras más referenciales del flamenco como Vicente Amigo, Juan y Pepe Habichuela, Juan y Antonio Carmona de Ketama y Tomatito, entre otros. Nuestro más apasionado flamencólogo conversó con ella en días de pandemia sobre su llegada a los cuarenta años de carrera profesional. La entrevista abre con una improvisación a dueto de la No controles, de Nacho Cano entre Linares y Gufi. Pinchando aquí se puede disfrutar de la entrevista  completa.

 


Las columnas semanales que Humphrey Inzillo publica en La Nación
Colaborador del diario La Nación de Buenos Aires, Inzillo reflexiona semana a semana sobre todo aquello que atrapa su curiosidad periodística. Por ejemplo, en una de sus entregas recientes, alude a la carrera de ese maravilloso músico, Axel Krygier, y lo recuerda como parte del grupo que conformó en otro momento junto a Kevin Johansen, aquel Instrucción Cívica del que desafortunadamente no hay muchos materiales disponibles. Se puede leer aquí.

 


Sobre REDPEM
La Red de Periodistas Musicales en Iberoamérica (REDPEM.IB) tiene como objetivo conectar a los periodistas especializados en música iberoamericana para intercambiar información, generar  contenidos, trabajar en conjunto con otras redes (de productores, promotores, agentes de prensa y festivales), facilitar contactos y compartir miradas sobre la profesión y, fundamentalmente, sobre el tema que apasiona a todos, la música.
Fundada en 2015, REDPEM agrupa hasta la fecha a profesionales de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, México, Estados Unidos y España y ha participado en distintos mercados y ferias musicales de América Latina (Circulart de Medellín, Colombia; FIMPro de Guadalajara, México y el Festival Jazz Ecuador) realizando talleres, debates y conferencias.