Desde Quetzaltenango este colectivo –no grupo musical, se definen como «colectivo musical»– actualmente produce unas de las canciones más originales, pegajosas e inventivas de la escena de Guatemala. Mezclando pop, disco, indie, jazz, funk y electrónica, Glass Collective, o solo Glass, crea música llena de sutilezas, frescura y calidez, de mucha originalidad.
El 20 de Tigo Guatemala anunció que Glass Collective era la banda (recordemos, colectivo musical) ganadora del primer Tigo Sounds, en el que participaron otros artistas como Antharida (power metal), Mafer Martínez (pop) y Johny Prera (música urbana). Glass compitió con su canción ¿Dónde está el tiempo?, una caricia-canción llena de nostalgia y dulzura, de ese pop funk imperdible que invita a bailar, a fluir, a cerrar los ojos. Como ¿Dónde está el tiempo? hay otras. Toda la discografía de Glass está llena de joyas y relumbrones sonoros, de (¿por qué no?) pequeños milagros.
Pop Corn es un trago dulce de funk pop con bajos cacheteados y guitarras afiladas, de sintes atmosféricos, de voces de terciopelo. Efímero es drama, suspense, ciencia ficción, tristeza, ruptura; es poesía, es pop, pero también es acid jazz, es un tipo de indie rock sideral y neo psicodelia y new wave muy a lo Flaming Lips. Bailando en el mar es un trip, es una pequeña ópera space rock bajo el mar; introspectiva, etérea; un viaje íntimo con toques brit pop, también. Sugar Soda es nu disco, es electropop al estilo de La Roux.
Y si hablamos de la música de Glass Collective, hablamos también de sus visuales. Cada single va acompañado de un vídeo musical que suma al aura colorido-psicodélico-pop del colectivo. No hay uno sin otro. Y esto se extiende, además, a sus presentaciones en vivo. Mientras aún no podamos ver al colectivo en un escenario recomendamos el toque/transmisión que realizaron recientemente en el Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango, grabado en el taller del pintor quetzalteco Rodrigo Díaz y disponible aquí.
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