La directora catalana Carla Simón cuenta una historia autobiográfica en su debut en largometraje, en la que una niña de seis años se queda huérfana y se ve obligada a irse a vivir con sus tíos. Verano 1993 se estrena en España.
Frida es una niña de seis años a la que la vida le cambia radicalmente de un día para otro: su madre se muere de SIDA y a eso hay que sumar que su padre tampoco está, ya que falleció tres años antes a causa de la misma enfermedad.
Tiene que afrontar su primer verano sin su familia directa, pero sus tíos no dudan en acogerla y ofrecerle todo el cariño del mundo. En consecuencia tendrá que abandonar Barcelona y trasladarse a un pueblo de una zona rural para estar con ellos. Allí, además, tendrá la compañía de su prima, con la que compartirá todo tipo de momentos.
Verano 1993 supone el debut en largometraje de Carla Simón y cuenta una historia autobiográfica. Carla perdió a sus padres de pequeña y tuvo que cambiar de familia. Ahora, con esta película ha querido hablar de un tema que no se suele tratar mucho en el cine: cómo un niño afronta un duelo y cómo gestionar todos los sentimientos que produce un hecho tan duro. La misma directora ha insistido que la idea del filme es esa y que ya tiene superado todo lo que le pasó, pero que hablar de la muerte con los más pequeños es un tema tabú que debería romperse.
En la cinta actúan las niñas Laia Artigas, en el papel protagonista, y Paula Robles, junto con Bruna Cusí (Incierta gloria, Polseres vermelles) y David Verdaguer (No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, La embajada), que interpretan a los tíos. Ha sido premiada en varios festivales, entre los que destacan el Festival de Berlín y el Festival de Málaga.
