Cuando pensamos en activismo, reivindicación o conciencia social, nos pueden venir a la cabeza dos cosas: un anuncio espeluznante de la DGT o algún vídeo viral donde alguien se acerca a un extraño en un supermercado para ofrecerle dinero. En esta nebulosa, donde la línea que debería separar el espectáculo de lo viral de la moral claramente se desdibuja, aparece Sara Hebe y nos recuerda que a veces solo hacen falta unas buenas barras y un beat enérgico para despertar conciencias.
La conocimos como La hija del loco, su primer álbum de 2009. Ahora, la rapera argentina da el salto de hija a madre dando a luz a su último EP Beivip, cuyo nombre anticipa el mensaje de partida del mismo: la infancia «vip» que cualquier niño merece así como sus pensamientos sobre la maternidad. Ocho temas que dan pie ahora a las ocho fechas que conforman su nuevo tour por España en septiembre: el 7 en Vilaxoán, 8 en León, 9 en Zaragoza, 13 en Barcelona, 15 en Tarragona, 16 en Valencia, 21 en Madrid, y 23 en Tenerife.
Recientemente publicaste Beivip, un EP producido por La Finesse en el que muy cuidadosamente habéis encontrado la forma de recopilar todos los sonidos que han ido dando forma a tu carrera. ¿Cómo definirías este último trabajo?
Es un sonido urbano industrial, con elementos de reggaetón, hip hop, rap y melodías cantadas que me hacen sentir que sigo una línea creativa de canciones. Antes, en mis primeros discos, podría decir que me definía más como rapera exclusivamente. Desde Colectivo vacío hasta ahora, un trabajo que saqué en 2015, he ido animándome más a cantar y a dar espacio a la música, al beat instrumental; o a la banda y mis músicas cuando tocamos en vivo. Me di y me doy más espacio y más tiempo para bailar, para que escuchemos música y melodías y no solo una lírica non stop.
En Beivip vuelvo a mis inicios con canciones bien rapeadas y sigo experimentando con el reggaetón y las canciones más «poperas». Un EP urbano, moderno y con la ética lírica que creo que es mi marca: letras donde hablo de lo que me conmueve socialmente y de lo que siento en lo íntimo de mi casa, mis afectos y mis burbujas.
Beivip, el título del EP, no ha sido seleccionado de forma fortuita. La maternidad podría vincularse directamente con la creación artística: gestación, alumbramiento, la representación tangible de lo mejor de uno mismo, y el deseo de que dicha obra logre trascender y hacer el bien común. En otras palabras, incertidumbre y responsabilidad para con la niñez, dos temas que además son clave en Beivip. ¿Por qué se convirtieron en el punto de partida del EP?
Esta muy buena la interpretación del título que haces de este EP y es muy acertada, porque tiene que ver con la inspiración en la niñez que me llegó por mi sobrino Octi, de cinco años, a quien incluí en este trabajo. De hecho, el último tema es un cuento que él se inventó y que decidí incluir con música de ambiente detrás. En este cuento plantea problemáticas del mundo adulto con mucha naturalidad y también con sus propias inquietudes.
Beivip es un juego de palabras, lógicamente, donde imaginé una niñez de lujo, como la que cualquier niñe merece. También mis pensamientos sobre tener hijxs, sobre producir algo creativo que no esté exclusivamente hecho por y para adultos.
Empezaste siendo La hija del loco (2009), luego te convertiste en Puentera (2012) y justo antes de llegar a Beivip (2023), te transformaste en Sucia estrella (2022). ¿Con qué te quedarías de cada etapa que te haya convertido en la artista que eres hoy?
Con la rabia y la potencia de pelear que surgió de manera distintiva en La hija del loco, ahí hubo una pulsión de vida sin leyes. Luego me quedaría con el detalle en la elaboración artística y la producción musical más cuidada que se dio en Puentera, donde hay un gran trabajo de Ramiro Jota, el productor. De Beivip me quedo con que es una conjunción de toda mi experiencia en este presente tan futuro. Con el tan posmoderno Sucia estrella me quedo con la estrella popular que soy.
«Beivip es un EP urbano, moderno y con la ética lírica que creo que es mi marca: letras donde hablo de lo que me conmueve socialmente y de lo que siento en lo íntimo de mi casa, mis afectos y mis burbujas»
Tu música es el claro ejemplo de que la reivindicación y la revolución social no necesariamente deben ser algo sobrio y formal para que logren despertar conciencias. «Reggaetón antifa pa’ que la gente lo baile como quiere», así lo resumiste en Sal fina. ¿Cómo crees que llega tu mensaje a tu público? ¿Y a todo aquel que ni lo es ni comparte tus ideales?
Creo que el que no comparte mis valores y principios no escucha mi música. Estoy segura de que hay una identificación con mis letras por parte de quienes sienten y piensan lo mismo. Pienso que la vuelta de tuerca que hace mi música, que sirve de testimonio sobre lo que pasa en la sociedad y como ojo crítico de cada momento histórico, es que a veces me río y me lo tomo con humor. Primero tengo bronca, después puedo reírme.
En Almacén de datos, la colaboración con Ana Tijoux, hablamos de lo tedioso y difícil que es sostener una carrera musical en el momento en el que la industria se encuentra, pero a la vez nos reímos de eso –y yo sobre todo me río de mi misma.
En septiembre estarás girando nuevamente por España, algo que no te viene de nuevas. El año pasado con Sucia estrella recorriste la Península y parte de Europa. ¿Cómo abordas esta nueva gira? ¿Qué expectativas tienes respecto a la anterior?
Voy con mi banda que suena terrible: Lulu Hojman en la guitarra y Edu Morote en batería. Vamos a presentar Beivip y también a seguir tocando Sucia estrella y temas más viejos, los clásicos y más escuchados; los que suenan en más movilizaciones, manifestaciones y fiestas populares. Voy con ganas de tocar y explotar como lo hago en cada show. Energía 100%.
Y, hablando ahora de un futuro no tan próximo, ¿qué podremos ver una vez finalice el tour?
Un nuevo single que compuse y se llama Hulk, para el que también me inspiró mi sobrino. Sale con vídeo el 6 de octubre.
