Culturas contemporáneas de España y Latinoamérica a diario
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lunes 9 de diciembre de 2024
Enrique Bunbury

Nunca es tarde

Publicado originalmente en diciembre de 2010, número 62 de ZdeO
Nunca es tarde para entrarle al rock argentino. A diferencia de otros países de habla hispana, donde el rock también cuenta con una larga historia, los legendarios Sui Generis, Manal o Los Gatos, están igual de presentes en las conversaciones entre los aficionados que Catupecu Machu, El Otro Yo, Babasónicos o Entre Ríos. Esta visión global, consciente y orgullosa de las diferentes etapas de un todo –el «rock nacional»–, es una rara avis en el mundo hispano, tan propenso al sentimiento de inferioridad, al Alzheimer y a matar al padre.

La presencia de los músicos en los diarios, en la radio (juvenil o informativa) y en la televisión, traspasa las fronteras de lo meramente elitista y sectario, para convertirse en temática cultural de interés general. Y su proyección internacional sobrepasa, en mucho, al conocimiento que desgraciadamente se tiene del rock en otros lugares de América Latina. La influencia de Soda Stereo, Andrés Calamaro, Fito Páez, Charly García o Babasónicos es global, y percibes la presencia de su alargada sombra en todo el Caribe, Centro y Sur de América, en los USA latinos y, por supuesto, en España. Detrás de estos gigantes (que a veces no nos dejan ver el resto del bosque) tenemos una amalgama fascinante de rock marginal, progresivo, transgresor, industrial, independiente, con raíces en el folk o fascinación tecnológica.

«La presencia de los músicos en los diarios, radio y televisión, traspasa las fronteras de lo meramente elitista y sectario, para convertirse en temática cultural de interés general»

Afortunadamente para la escena, eso nunca se tradujo en falta de respeto a los que siguieron un camino alternativo y de rabiosa actualidad, ni a las agrupaciones con abundante discografía. Ni los músicos, ni los medios, ni el público aficionado dejó en ningún momento de venerar a sus ídolos, aquellos que nos regalaron tantas canciones emocionantes, proverbiales y hasta proféticas con las que nos identificamos y que nos representan mejor que ninguna otra ideología o partido político. No hace falta más que echar un vistazo a las páginas de Internet que se dedican a revisar y a actualizar la información existente. Discografías completas, anécdotas, anuarios y noticias mantienen el interés del aficionado por los hechos y dichos de los más grandes.

Desgraciadamente, no es tan fácil conseguir información actualizada o histórica de lo ocurrido en los últimos sesenta años de grabaciones en Cuba, Guatemala o Venezuela. Y en casos como el de España y México, debes acudir a guetos y sectas que parecen no querer tener nada que ver con su vecino, el aficionado a la década anterior o posterior, al ritmo más intenso y guitarrero o al líricamente más complejo. ¡!J#*%r, qué difícil es, en algunos países, unificar y valorar algo tan hermoso como la música que hicieron antes que nosotros nuestros compatriotas!

 

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